El candidato republicano a las primarias Ben Carson reacciona ante una pregunta sobre su pasado, en una intervención en Florida. JOE SKIPPERREUTERS
A un año de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el Partido Republicano no tiene un candidato claroCómo sería EEUU con Donald Trump de presidente
PABLO PARDO Corresponsal Washington, @pablopardo1
ACTUALIZADO 09/11/201503:10

Negación, ira, negociación, depresión, aceptación. Son los cinco estadios del duelo, según la psicóloga estadounidense Elizabeth Kübler-Ross. Y también los que están atravesando el Partido Republicano y el Demócrata de EEUU a falta justo de un año para que se celebren las elecciones presidenciales de ese país. En el caso de los republicanos, el duelo es evidente: su plan, cuidadosamente trazado, para evitar que las primarias de 2016 fueran un circo como las de 2012, está muerto y enterrado. El resultado es que el partido se enfrenta a unas elecciones internas largas y más o menos feroces, en las que los candidatos tendrán que hacer contorsionismo político entre la ultraderecha y al centro, siempre con el riesgo de espantar a los votantes de ambos lados. En el caso demócrata, porque una candidata que solo representa el voto útil, Hillary Clinton, se ha convertido en la candidata ‘inevitable’. Y eso puede tener problemas para movilizar votantes. Porque, como dicen en EEUU, «republicanos ‘fall in line’; demócratas ‘fall in love'». O sea: los republicanos votan en fila india (‘fall in line’), por disciplina. Pero los demócratas votan por quien les enamora (‘fall in love’), ¿Los mejores ejemplos? El republicano Mitt Romney en 2012 y el demócrata Barack Obama en 2008. El primero ganó la nominación por su organización. El segundo, por su carisma. Así, y como ya pasó en 2012, el ‘show’ político se encuentra esta vez en el lado del partido que solía ser el más serio, organizado y aburrido: el Republicano. Para comprobarlo, no hay más que ver las encuestas, que lideran, con una ventaja abrumadora sobre el resto de los candidatos, Donald Trump y, ahora, Ben Carson. Entre los dos, pasan del 50% de la intención de voto en las encuestas. PopulistasTrump es un populista agresivo, que se orienta a votantes de nivel económico y cultural bajo; Carson, un populista amable, que le ha dado una popularidad considerable entre la llamada ‘derecha religiosa’ y la clase media conservadora. Así es como este neurocirujano en el prestigioso hospital de la Universidad Johns Hopkins-el mejor del mundo, según la revista ‘US News and World Report’-, ha escalado a lo más alto de las encuestas mientras mostraba una ignorancia enciclopédica y una capacidad para mentir a prueba de bomba.Entre sus hazañas verbales está afirmar que las pirámides de Egipto fueron construir como graneros para almacenar el trigo de los siete años de vacas gordas de los que habla el Antiguo Testamento, o que su falta de experiencia política no es un problema puesto que ninguno de los Padres Fundadores de Estados Unidos había ejercido un cargo electo en el Gobierno federal del país. Una afirmación impecable, si no fuera porque es difícil que los Padres Fundadores ejercieran cargos electos en un Estado -EEUU- que todavía no habían fundado. La mayor esperanza de unos demócratas que han visto cómo el escaso carisma de Hillary se ha extinguido definitivamente en 2015 es, precisamente, el extremismo y el caos de los republicanos. Pero es una estrategia frágil si el candidato republicano es Marco Rubio, una persona muy conservadora pero que tiene una imagen juvenil de la que Hillary carece. Además, Clinton sigue teniendo el problema del uso de un servidor de Internet privado para enviar emails oficiales, que está siendo investigado por el FBI. Las posibilidades de que el escándalo acabe teniendo repercusiones son remotas. Pero, si ése fuera el caso, el Partido Demócrata se encontraría sin candidato.

http://www.elmundo.es/internacional/2015/11/09/563fb34922601dd87f8b45f3.html