¿Qué ocurriría si fuera capaz de pensar que trabajos y proyectos hay muchos, y que yo soy único e insustituible y, por tanto, el puesto que ocupo es temporal.
¿Qué pasaría si ese apego a mi estatus lo considerara, como realmente es, transitorio?
No hay mayores anclas que aquellas que nos creamos nosotros, pensando que lo material es perdurable y signo de grandiosidad. No hay mayor grandeza que la grandeza de la humildad y el asombro.
Cada vez más voy viendo como las personas que más me impactan son personas con una gran autoestima, marcado desapego y generosidad sin límites, gentes que con tan solo una mirada son capaces de crear en mi un sentimiento de confianza y de acogida.
Lejos quedan ya los tiempos de aceptar lo inaceptable por miedo a perder ese trabajo o ese proyecto, a variar posturas tan solo por pertenecer a mi tribu, a traicionar profundos valores por no perder un prestigio que hoy sé que no es tal sino un simple espejismo.
Yo decido, siempre decido, y debo evitar excusarme en el tan manido argumento de – no tenía elección –, porque la hay, siempre la hay, por más que me empecine en negarlo.
Hoy entiendo bien una frase que en su día me impactó y poco a poco va calando más y más en mi: ligero de equipaje.
Categorías:EDUCACION E HISTORIA, LIDERAZGO, METODO DE VIDA
Muy buenos días,
Gracias una vez más por reproducir el post en vuestro blog. Un abrazo grande y feliz día.
Me gustaMe gusta
Gracias a Ud amigo. Ud trasmite conceptos de suma importancia en su sitio. Una vez mas, Gracias.
Me gustaMe gusta