La columna de los masones quedó lista para ser inaugurada aunque algo alejada de lo que era el diseño original. A simple vista se puede ver como algo más clásico de lo que constituía la idea inicial. El cambio radica en que durante la relocalización dispuesta y el accidente que sufrió cuando se la retiraba del frente del Monumento a Urquiza, el artefacto evocativo perdió las placas originales.
En noviembre del año pasado, la columna que fue construida por las logias masónicas que actualmente se encuentran constituidas en Paraná, sufrió daños cuando tumbó el camión con el que iba a ser trasladado a unos metros, siempre sobre el mismo Parque Urquiza, pero no obstaculizando el monumento al vencedor de Caseros.
De hecho, la ubicación del tributo masón fue objeto de controversias porque originalmente fue ubicado en la plazoleta frente al enorme monumento al ex presidente de la Confederación Argentina.
Hubo quejas por eso, y la Municipalidad de Paraná, junto con las propias logias masónicas, aceptó el traslado sobre uno de los espacios verdes lindante al monumento. De ese modo se evita la contaminación visual frente al principal bronce del paseo público.
Hoy, la columna se ve erguida, pintada, lista para ser inaugurada, pero sin las placas que habían dispuestos sus diseñadores. Ocurre que con el accidentado traslado esas placas se dañaron irreversiblemente. Aquellas placas reproducían imágenes diversas, casi todas cargadas de simbolismo: números ordinarios, notas musicales, hojas vegetales, también la clásica alusión masónica vinculada a la construcción o a la albañilería. Además había una figura alegórica que mostraba una mujer con ojos vendados, que bien puede aludir a la Justicia. Eso mostraban las placas que se dañaron y que ya no volverán a ser colocadas en el cilíndrico monumento.
Una fuente de la masonería le dijo a El Diario que la artista plástica que elaboró esas placas, Elizabeth Eichhorn, quedó disgustada con la suerte que corrió su obra y por eso no es posible ahora contar con ellas. No habrá reparación de esas piezas, de modo que el diseño original cambió en favor de un monumento más clásico.
Lo que sí conservará el tributo son los símbolos de la Masonería, como la escuadra y el compás que estarán instaladas en la base.
Las figuras que había elaborado Eichhorn, con una pátina verde que imitaba el bronce de los monumentos, le daban un tono más informal al monumento, acaso debido a la técnica y la estética de una artista que se ha caracterizado por elaborar estatuas de ídolos populares más que monumentos inspirados en la corriente liberal, que es cuando surgen los grandes tributos urbanos a sus antepasados y a los hechos destacados de la historia.
Aunque como se trata de estética todo puede ser interpretado y reinterpretado. No obstante es posible concluir en una definición apelable, que el cilindro de los masones -así como quedó tras el accidente- adquirió una sobriedad que se emparenta de mejor modo al entorno coronado por Urquiza, señala la crónica del periodista Jorge Riani.
Sostiene al respecto que «ayuda a esa sobriedad los colores apagados con la que fue pintada, donde predomina el gris, en tanto que la base se encuentra revestida de un mármol negro en la que fueron inscriptas leyendas y símbolos inequívocamente masones».
«Libertad, igualdad, fraternidad», se lee en una de sus caras. En otra de las caras de la base aparecen los símbolos masónicos de la escuadra, el compás, la plomada, y otros más que son menos difundidos pero igualmente pertenecientes a la francmasonería.
La columna reposa sobre un piso en damero, es decir como tablero de ajedrez, que son los motivos de los pisos que caracterizan los templos masónicos.
Inauguración
Integrantes de la masonería dijeron que la idea es desarrollar la inauguración forzosamente postergada a fines del año pasado, cuando se trabajaba contrarreloj y el traslado sufrió el percance.
Hoy, el cilindro no interrumpe la visión del monumento principal, se complementa con el entorno vegetal sin agredirlo y cumple la función de rendir homenaje, a su modo, a ese destacado masón que mira desde el enorme pedestal de en frente.
En efecto, Justo José de Urquiza fue un masón que llegó al grado 33, es decir a la cumbre de la institución. Por eso las logias masónicas actuales eligieron ese sector para instalar el tributo.
Los masones que dialogaron con el cronista dijeron que no hay fecha para la inauguración, pero se apuntan hacia finales del mes en curso o el próximo a más tardar. Anticipan un encuentro de encumbrados dirigentes de la Masonería Argentina.
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Categorías:EDUCACION E HISTORIA, MASONERIA, SOCIEDAD