Las Columnas de nuestros templos tienen sus raíces en las del Templo del Rey Salomón y la tradición Templaría, en cuyos templos también se erigían pares de columnas marcadas con las letras J y B.

Ubicadas a la entrada del templo la columna B representa el sur, y la Columna J representa el norte, representan también entre otras cosas, dentro del simbolismo; la separación del mundo profano y el mundo interior donde se cavan calabozos a los vicios y se elevan templo a las virtudes. A través de las cuales el hombre deja de ser, un ser lleno de prejuicios, apegos y egos, para convertirse en un hombre renacido con otro estado de conciencia; al menos al comienzo, mientras los trabajos del Iniciado empiezan a transmutar su conciencia para el perfeccionamiento de la obra, En representación de la lucha de lo material y lo espiritual, el masón debe al pasar por entre estas dos columnas, encontrar el equilibrio de lo espiritual y lo material.

Las columnas son sinónimos de rectitud, del dominio del conocimiento pleno de las ciencias, y son base fundamental para el masón, ya que ellas son el sustento sobre la cual la institución masónica se ha mantenido a través de la historia misma de la humanidad, llevando consigo toda su tradición e inspiraciones simbólicas, que son el aliento por la cual los masones vivimos y cada día trabajamos por hacer de ese sustento, un recurso muy preciado en la búsqueda del conocimiento a través de la verdad.

Las columnas masónicas que conocemos son muchos menores en tamaño que las originales, aunque proporcionales, sobre las columnas se agregaron esferas sobre las que se dibujaron globos celestes (derecha) y terráqueos (izquierda) sin ninguna relación aparente con raíces antiguas. Si bien el simbolismo de representar las dualidades del cielo y la tierra, el espíritu y la materia en el portal de ingreso parece ser muy significativo. Rodeando la base de las esferas hay una serie de granadas que con la exuberancia de sus semillas simbolizan abundancia y fertilidad, fruta que tenía asociaciones místicas en la antigüedad. Para la masonería denota.

Lo primero que se hace con el neófito es ponerlo entre columnas, para que asuma el lugar de su verdadero ser y para indicarle, desde un principio, la posición de síntesis en medio de opuestos que debe caracterizarlo en adelante; que debe pasar a través de ellos en su búsqueda del camino medio del equilibrio, o sea la síntesis que únicamente puede llevarlo a su autorrealización. Lo que es más significativo aún, le indican que al pasar entre ellas, para entrar al Templo, tiene que dejarlas atrás… El que va por el camino medio de la síntesis vivirá en armonía con todo, aunque haya cosas que no estén en armonía con él.

En el momento de la iniciación, uno está pronto para un renacimiento espiritual y por lo tanto debe pasar entre columnas ingresando a un nuevo nivel de conciencia, con la comprensión de que lo que necesita es el firme control que una de las columnas representa y la fuerza representada por la otra, sabiendo que control sin fuerza es tan fútil como fuerza sin control. El candidato avanza con fuerza y poder, pero guiado por la sabiduría y el control. Se eleva por el poder que está en él, pero llega por la sabiduría de su corazón.

En mi opinión personal y después de consultar varios artículos y libros que se me facilitaron

Respecto al tema en este trazado considero que si se debe de pasar entre columnas al “neofito” una vez que a sido iniciado en la masonería ya que considero que es una manera simbolica de “entrar” a los misterios que esta conlleva y es una forma de dejar atrás su vida de profano y como menciona este articulo dar un paso hacia adelante a una nueva vida “renacer”

A∴M∴ Héctor Gallegos

FUENTE: http://www.madrelogia.com/articulos/art003-neofito-iniciado-entre-columnas.php