Un creciente número de importantes países occidentales (Australia, Reino Unido, Polonia, Francia, Japón, Chequia …) y también en vías de desarrollo (como India, Vietnam …) se han ido incorporado a lo largo de 2020 al programa –promovido por la Administración Trump desde 2018- de conseguir la seguridad de las nuevas redes 5G, o de quinta generación, para las comunicaciones de los móviles y otros dispositivos inalámbricos (como los que ya se emplean para el internet de las cosas, etc.).

Para ello, esos países están excluyendo a empresas proveedoras de los equipos realmente controladas por regímenes comunistas, como Huawei y ZTE Inc. de la República Popular China. ZTE es una gran compañía de equipos de telecomunicación, parcialmente propiedad del Estado chino, que también fabrica para las redes 5G.
Desde 2012, siendo Obama presidente, el Congreso y la Administración estadounidense fueron cerrando su mercado a los equipos Huawei, lo que ya es una realidad desde hace años, a través de diversas y eficaces medidas. Fue el país occidental pionero en esta política.
Por otro lado, EE.UU. comenzó a advertir a sus aliados, y más allá, del riesgo para su seguridad nacional de depender para sus trascendentales redes inalámbricas de equipos de fabricantes directa o indirectamente sometidos a Estados totalitarios extranjeros, como el régimen comunista chino.
Fue la Administración Trump la que presionó a sus aliados
No obstante, sólo seis años después, desde 2018 (bajo el Presidente Trump) EE.UU. emprendió una acción decidida para convencer y presionar a sus aliados para que tomaran medidas efectivas que evitasen la presencia de Huawei en sus nuevas redes 5G e, incluso, que retirasen –un poco antes o un poco después- los equipos chinos para la 5G que ya estuvieran instalados en cada país.
En Occidente, casi todas las compañías operadoras de las redes inalámbricas (como en España Movistar, Vodafone, Orange …) son privadas. Pero el Estado nacional puede adoptar políticas de limitación de los proveedores por razones de seguridad nacional.
Caballos de Troya en favor del Partido Comunista Chino
Como declaró el Secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, en agosto de 2020: “La Administración Trump considera a Huawei como lo que es, un brazo [más] del estado gendarme del Partido Comunista Chino [P.C.Ch.], y estamos actuando en consecuencia”.
Asimismo, añadió que “no toleraremos los intentos del Partido Comunista Chino de socavar la privacidad de nuestros ciudadanos, la propiedad intelectual de nuestras empresas [robando nuestra tecnología], ni la integridad de la red mundial de nueva generación [5G]”.
Con ser muy grave, el problema no es sólo el espionaje que la República Popular China podría efectuar en las redes 5G que operen con equipos de Huawei, sino que en situaciones de grave crisis internacional China podría dificultar o interrumpir el funcionamiento de dichas redes –aunque fuese brevemente-, presionando así con eficacia a los estados occidentales afectados a que se avinieran a sus propósitos. Esto es, la seguridad nacional de estos países quedaría gravemente comprometida durante mucho tiempo.
Como recordó la prestigiosa agencia de noticias Associated Press (AP), en junio de 2020, está en vigor “una ley en China que obliga a [todas] las compañías a proporcionar al Estado cualquier información que éste le demande”.
De todos modos, aunque no existiese esa ley, ¿desde cuándo disponen de independencia las grandes empresas en un sistema político totalitario?
Elevadísimas ayudas públicas en favor de Huawei
En el plano comercial, los investigadores de varias naciones occidentales y un estudio del diario Wall Street Journal, han encontrado que el veloz ascenso de Huawei se ha debido también a muy elevadas cifras de subvenciones públicas y financiación concesional, que se han estimado en unos 75.000 millones de dólares US. Esto está permitiendo un abaratamiento –artificial– de sus equipos 5G, arrasando en los mercados internacionales. (Ver también el comienzo del artículo en el Wall Street Journal)
Por el contrario, la sueca Ericsson no recibió ninguna ayuda en 2013-2018 y la finlandesa Nokia unas 17 veces menos ayudas que Huawei (en aquel mismo periodo), según el estudio del WSJ citado aquí arriba.
Históricas relaciones de Huawei con el Ejército de China
Por otro lado, la propia expansión de la –entonces minúscula- compañía privada Huawei se debió al Ejército de Liberación Popular de China, para el que desarrolló el primer sistema nacional de telecomunicaciones, durante la década de los años 90.
Ren Zhengfei, el fundador y todavía Consejero Delegado (CEO) de Huawei, fue un oficial del ejército hasta 1983. La consolidación nacional y posterior rapidísima expansión en el exterior de Huawei (cuyos productos, sobre todo sus smartphones, se venden actualmente en 170 países) resulta inexplicable sin el apoyo del Partido Comunista Chino. Por eso, es irrisorio que el Sr. Zhengfei declare que “preferiría cerrar mi compañía antes que perjudicar la privacidad de mis clientes”, nacionales o extranjeros.
La Administración Trump reevaluó su relación general con China
Ya en octubre de 2018, el Vicepresidente Mike Pence había afirmado que “Estados Unidos ha adoptado un nuevo enfoque con China”, con carácter general, con respecto a la anterior Administración. Barack Obama siguió confiando en una milagrosa democratización espontánea de China, que no se está produciendo ni es de esperar, sin una considerable y prolongada presión de Occidente.
Aunque el Presidente Barack Obama tomó algunas medidas para reforzar la presencia militar y diplomática estadounidense en la región del Pacífico (a lo que denominó el pivot hacia el Lejano Oriente), la realidad es que mantuvo en lo esencial una política de apaciguamiento frente a la rapidísima expansión del poder de China en toda la región, todo a lo largo de la pasada década, de los años 2010.
Sólo fabrican equipos 5G empresas chinas, europeas y de Corea del Sur
No hay que olvidar lo que decía en enero de 2020 el principal diario conservador británico, The Telegraph: “De los más de una docena de fabricantes [de equipos para las redes inalámbricas, 4G y 3G] de hace una década, en la actualidad sólo permanecen [para instalar las redes 5G] las [dos] europeas Ericsson [de Suecia] y Nokia [de Finlandia], las chinas Huawei y ZTE, y la surcoreana Samsung. No obstante, el mercado para los equipos 5G va a ser colosal …”
Como es fácil de suponer, son los equipos fabricados en China los que disfrutan de un menor precio, constituyendo esto un fuerte aliciente para los operadores de telecomunicaciones que deben efectuar las inversiones en las nuevas redes. No obstante, como ya dije, Huawei se ha beneficiado de unos 75.000 millones de dólares US en diversas ayudas y subvenciones públicas, facilitándole el abaratamiento de sus equipos.
Descenso de EE.UU. y Japón y ascenso de China como proveedor para 5G
Esto es, ni EE.UU., ni Japón (que fueron potencias globales en equipos de telecomunicaciones hasta hace una década) disponen en estos momentos de una oferta viable y competitiva para las redes de quinta generación.
China, por su parte, apenas fabricó equipos para las anteriores redes 4G y 3G. Su ascenso mundial meteórico ha tenido lugar a lo largo de la pasada segunda década del presente siglo; unos diez años después de su incorporación a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001.
La independencia tecnológica en las redes 5G se hace dominante en Occidente
Como dije, la campaña en firme de EE.UU. hacia sus aliados para excluir a Huawei comenzó en 2018. Al principio, sólo los más estrechos países aliados y quienes más padecen la presión de China respondieron, como Australia y Nueva Zelanda. Luego Japón y Taiwán (que es un pequeño país, pero un fabricante global de componentes electrónicos, como semiconductores).
Pero ha sido, ante todo, en 2020 cuando EE.UU. ha cosechado más adhesiones a su política de independencia tecnológica frente a la China comunista. En mayo de 2020, tras diversas vacilaciones, Reino Unido dio el paso definitivo.
Le han seguido Chequia, Dinamarca, Bélgica, Francia, Eslovenia, Polonia, Suecia, Italia, Rumanía, Finlandia, etc. La lista completa de países que –de uno u otro modo- han restringido considerablemente la presencia de Huawei en sus redes 5G, aparece en el cuadro, a continuación.
Como puede verse, la política de garantizar las nuevas redes inalámbricas de la muy probable injerencia china es ya claramente dominante entre los países occidentales, gracias al liderazgo de EE.UU.

Fuentes de información utilizadas.-
Alemania. Australia. Bélgica. Brasil. Bulgaria. Canadá. Chequia. Dinamarca. Eslovenia. España. Finlandia. Francia. Holanda. India. Italia. Japón. Nueva Zelanda. Polonia. Rumanía. Suecia. Taiwan. Vietnam.
El procedimiento más efectivo de evitar el empleo de equipos Huawei es mediante la adopción de nuevas leyes o, por lo menos, la reinterpretación de normativas ya existentes.
A veces los operadores privados actúan por su cuenta
Ahora bien, también está sucediendo que en países como Canadá, con administraciones de izquierda (Justin Trudeau) que siguen manteniendo posturas de apaciguamiento hacia China y no legislan, los propios operadores privados están excluyendo los equipos de Hauwei. A pesar de que esto les supone un mayor coste, han percibido que más adelante podrían tener problemas de conectividad con otros países vecinos y que van a seguir soportando una constante presión de EE.UU. y de otros Estados aliados, por unas u otras vías.
Por otro lado, los gobiernos de importantes y grandes países en desarrollo, como Brasil, India y Vietnam, también recelan de los equipos de origen chino y los están empezando a excluir de sus redes 5G. Vietnam, que es también una dictadura comunista, ha tenido graves conflictos fronterizos con la vecina China (incluida una guerra, en 1979) y no desea verse sometido a injerencias cibernéticas de esa potencia.
España, como sucede en tantos terrenos con el actual gobierno social-comunista, va a la zaga (y “por libre”) y hasta dentro de unos meses no se sabrá cuál va a ser su política.
Los líderes europeos están desengañándose respecto al presidente de China
Quien ha sido corresponsal en el extranjero del Wall Street Journal (WSJ) durante varias décadas, Yaroslav Trofimov, ofreció a comienzos de 2020 una explicación del cambio de actitud de muchos dirigentes de Europa, con respecto a la postura estratégica a adoptar frente a la potencia ascendente que es China. (Pero solo se accede a la web del WSJ mediante suscripción).
“Hace justo tres años [en enero de 2017], el presidente chino Xi Jinping hábilmente tranquilizó las sensibilidades de los [dirigentes] europeos en el encuentro anual en Davos (Suiza), alabando las bondades del multilateralismo, el libre comercio y la lucha contra el cambio climático”.
“Para muchos de los [líderes] europeos, el autoritario dirigente chino les resultó –brevemente- un socio más atractivo que el [recién estrenado] Presidente Donald Trump …”
“Sin embargo, ese deseo de los europeos de encapricharse [con el presidente chino], se está desvaneciendo al tener que hacer frente a la elevación de China como superpotencia y tener que navegar en el nuevo orden internacional que va diseñándose más y más por la rivalidad entre Washington y Beijing”…
Por otro lado, “el atractivo de China se está deteriorando aún más por el modo secretista en que las autoridades chinas gestionaron inicialmente el brote de coronavirus en [la ciudad del centro de China] Wuhan [a principios de 2020] …”
“El periodo de optimismo romántico [en relación a China] se ha acabado”, declaró el Ministro de Exteriores de Letonia, Edgars Rinkevics”, a comienzos de 2020.
Yo querría añadir que la anterior cuestión evidencia la gran confusión política en el que están sumidos casi todos los dirigentes convencionales de Europa occidental, en la actualidad.
Fórmulas indirectas de excluir a Huawei sin mencionarle
La avanzada normativa de EE.UU. en relación a las medidas para evitar la dependencia tecnológica en sectores clave frente a sus actuales o potenciales enemigos estratégicos, le ha permitido prohibir la presencia de equipos chinos en sus nuevas redes 5G, desde poco después de 2012, haciendo referencia directa a Huawei y ZTE Inc. Hasta ahora, Huawei ha perdido todas sus demandas judiciales en EE.UU.
Suecia, sin embargo, tras proceder del mismo modo (con referencia directa a esas empresas), está teniendo algunas dificultades judiciales, que Huawei está explotando, lógicamente.
Por esa razón, la mayoría de los países occidentales que están adoptando la política de exclusión de los fabricantes chinos, lo están haciendo por medio de una formulación indirecta, para que Huawei no pueda alegar en los tribunales discriminación comercial.
El siguiente párrafo muestra una de las fórmulas más frecuentemente utilizadas en las nuevas normativas.
“Las autoridades del país (en cuestión) podrán investigar detenidamente a cualquiera compañía que desee participar en la nueva infraestructura de internet 5G, para determinar si los posibles proveedores están sometidos al control de Estados extranjeros, sin que exista un poder judicial independiente que pueda pronunciarse sobre dicha supeditación”.
Indemnizaciones o plazos de amortización para los equipos Huawei ya en operación
Los estados de algunos países compensarán económicamente a sus operadores privados por el perjuicio de reemplazar anticipadamente equipos chinos que ya tuvieran instalados.
Pero cuando esa presencia hubiera adquirido ya una gran extensión en un país, los estados están ofreciendo a las operadoras plazos de uso de dichos equipos de entre tres y ocho años, para que puedan amortizar –total o parcialmente- su inversión, reemplazándolos luego por fabricantes occidentales. Esto último es lo que están haciendo, por ejemplo, Francia y Reino Unido.
Para intentar suavizar las consecuencias de estos problemas en relación a los equipos Huawei ya instalados, EE.UU. está ofreciendo cientos y miles de millones de dólares en ayuda para los Estados y los operadores que renuncien a proveerse de equipos chinos.
Japón y EE.UU. tratarán de subirse al tren en marcha
Como ya dije, estos dos países se han quedado descolgados del desarrollo y fabricación de los equipos para las redes 5G. No obstante, sí que cuentan con empresas que suministraron una elevada proporción de los equipos para las anteriores redes, 3G y 4G.
Como un importante número de países está prescindiendo de la oferta de las empresas chinas, esto está dando nuevas posibilidades a los fabricantes de Japón y EE.UU. Además, casi todos los estados occidentales querrían disponer de más de las 3 opciones que existen actualmente: Ericsson, Nokia y la surcoreana Samsung.
Ya tras el bloqueo del Reino Unido a Huawei, algunas de las operadoras británicas pidieron ofertas el verano de 2020, también, a las compañías japoneses NEC y Fujitsu, que son las que se encuentran en mejores condiciones de mejorar y ampliar su oferta de equipos para la 5G.
Como informaba en diciembre la agencia Bloomberg “el gobierno [japonés] está dispuesto a ayudar [a sus empresas] en este esfuerzo, ofreciendo cientos de millones de dólares US … a los pocos proveedores aún existentes para la fabricación de equipos 5G y de las tecnologías pos5G”.
Estados Unidos está considerando también reavivar la capacidad de empresas de su país, bien sean nuevas o las que fabricaron los equipos 4G. Una información en la web sobre negocios Business Insider mencionaba que, ya en febrero de 2020, “la Casa Blanca [concretamente su consejero económico Larry Kudlow] está trabajando con compañías estadounidenses y, potencialmente también con las europeas, para desplegar … las infraestructuras 5G”.
Más concretamente, este medio mencionaba que las empresas “Dell, Microsoft y AT&T serían los principales actores” estadounidenses en ese proyecto, junto a las europeas Ericsson y Nokia.
Por otro lado, la estadounidense Qualcomm (QCOM), de California, fabrica ya bastantes componentes necesarios para los equipos 5G.
FUENTE: https://www.aorillasdelpotomac.com/muchos-paises-excluyen-a-huawei/
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