Empecé a escribir artículos sobre Masonería porque todo en ella es protocolario con una alta dosis simbólica. El aparato ritual de esta institución se representa en ceremonias de carácter solemne que dejan de manifiesto el crecimiento espiritual y jerárquico de sus miembros.
Todo acto –-profano o sagrado— necesita de un escenario y todo escenario requiere de la ordenación espacial de las personas y las cosas.
En la Masonería, el templo es la personificación de su filosofía y me atrevo a afirmar que también es la materialización del protocolo porque le otorga a cada hermano masón el puesto que le corresponde de acuerdo a su grado y jerarquía. En este sentido, el templo masón es como el “Real Decreto de Precedencias”, no admite interpretaciones.
Antes de adentrarnos en su simbología hablemos de su origen.
En entrevista realizada a dos maestros masones me explicaron que el templo masón tiene su origen en el templo del Rey Salomón y la construcción de este se le atribuye a Hiram-abi, personaje mítico de la Masonería especulativa.
Investigando un poco sobre el tema me remito a las Sagradas Escrituras y al pacto que el Rey Salomón hizo con Hiram rey de Tiro:
“Haz conmigo como hiciste con David mi padre, enviándole cedros para que edificare para sí casa en que morase”. (2Cr. 2:3)
“He aquí, yo tengo que edificar casa al nombre de Jehová mi Dios […]» (2Cr. 2:4)
“Envíame, pues, ahora un hombre hábil que sepa trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en púrpura, en grana y en azul, y que sepa esculpir con los maestros que están conmigo en Judá y en Jerusalén, los cuales dispuso mi padre”. (2Cr. 2; 7)
Entonces Hiram rey de Tiro respondió por escrito al Rey Salomón:
“Yo, pues, te he enviado un hombre hábil y entendido, Hiram-abi, hijo de una mujer de las hijas de Dan, más su padre fue de Tiro; el cual sabe trabajar en oro, […], en lino y en carmesí; así mismo sabe esculpir toda clase de figuras, y sacar toda forma de diseño que se le pida, con tus hombres peritos, y con los de mi señor, tu padre”. (2Cr. 2; 13-14).
Hiram-abi, fue el constructor del templo de Salomón y el encargado de su decoración. Es considerado un maestro masón y alrededor de su nombre hay una leyenda que es contada al aprendiz cuando se inicia en la Masonería.
“Delante de la casa hizo dos columnas de treinta y cinco codos de altura cada una, con sus capiteles encima, de cinco codos.” (2Cr. 3; 15).
“Y colocó las columnas delante del templo, una a la mano derecha, y otra a la izquierda; y a la de la mano derecha llamó Jaquín, y a la de la izquierda, Boaz” (2Cr. 3; 17).

Las columnas que se describen en la Biblia son las que marcan los puestos del Primer y Segundo Vigilante, cuya jerarquía es la de luces o dignidades. Los masones se refieren a ellas como columna J (Jaquín) y B (Boaz), y de su simbología y del resto de los elementos del templo hablaremos en otro post.
Fuentes
Imagen: Templo de Salomón (Reconstrucción computarizada) De Johnreve – Trabajo propio, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=9839813
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