LA DIOSA MAAT

Fuerza y trascendencia en el rol de la figura femenina en la religión y cultura egipcia. 

Por ejemplo LA DIOSA MAAT, la hija de RA, el dios del Sol, representaba el crucial concepto de cómo se mantenía el universo, de la procedencia del orden. Era ella la encargada de nutrir el armonía de las cosas.

Pero, además, la pluma de avestruz de la diosa MAAT era la forma que tenían los antiguos egipcios de determinar si su alma podía entrar o no en el más allá. Según su mitología, cuando alguien moría tenía que pasar por la Sala del Juicio, donde su corazón se pesaba en una balanza a la par que la pluma de la verdad de la diosa de la justicia y el orden. Si había equilibrio, la persona fallecida podía seguir su camino hacia la otra vida.

TOMADO DE> https://cronoscultural.blogspot.com/2020/11/maat-diosa-egipcia-de-la-armonia.html



Maât y su significado en el pensamiento egipcio

La dama egipcia Thepu.

Para M. Bilolo (1988, p. 7), en el concepto de maât confluyen cuatro ideales: el ideal del conocimiento (tmḥi r rḫ), o sea, el amor por el saber, por aquello que es verdadero, seguro, cierto; el ideal moral de la verdad, de la justicia, de la rectitud (m3t); el ideal metafísico del amor por el conocimiento del ser (ḫpr), y, finalmente, el ideal “ecológico”, de respeto al orden cósmico y a la naturaleza, con un compromiso por el devenir (ḫpr) o el destino (š3i) de la humanidad. Tales principios concurren en la idea fundamental que expresa la inscripción autobiográfica de la tumba de Rekhmire (TT100), sacerdote de Maât antes de ser visir9 del faraón10 en Tebas, el ideal derivado de la educación y de la vida al servicio de la diosa de la Justicia (Newberry, 1900, p. 19),11 que está por encima del mismo monarca que debe guardarla. Por lo tanto, el iri maât, “hacer la maât”, sirve

Para elevar la verdad a las Alturas de los cielos, y circular sus bellezas sobre el ancho de las tierras. Yo juzgué al débil con la fuerza, yo protegí a aquellos que eran débiles, y castigué a los malvados y violentos […] Yo animé al que estaba triste y sin esperanza, apoyé a la viuda sin un marido. Y establecí al hijo en la heredad de su padre (Théodoridès, 1995, p. 19).12

Con ello se ve que el iri maât implica no sólo un pensamiento racional, sino también un movimiento emotivo, nutrido desde dentro del individuo, alimentado por el ib, el corazón de la persona que lo practica (Théodoridès, 1995, p. 16). Por tanto, “hacer la maât” debe entenderse como “ejercer la justicia”, por parte tanto del faraón como de los funcionarios delegados por él para tal ejercicio (Théodoridès, 1995, p. 15).

La tendencia a estudiar la maât desde el punto de vista éticomoral está plenamente desarrollada en las obras de Assmann (1990)Hornung (1989, pp. 385-427) y Karenga (1994),13 pero no las retomo aquí.

De hecho, la diosa es un ejemplo de la divinización de abstracciones entre los egipcios, cuyo pensamiento es concreto, no abstracto.14 Ello quiere decir, como bien explica Derchain (1965, p. 13), que “la abstracción no existe todavía en el espíritu del egipcio; el orden no lo concibe como una serie de relaciones obligatorias, sino como una fuerza concreta que impone estas relaciones”. Independientemente de ello, tanto la diosa Maât como la diosa Atenea de Saïs, identificada con Isis en este famoso templo, bien hubieran podido exclamar: “Yo soy todo lo que ha sido, es y será, y ningún mortal jamás ha levantado mi peplo” (Plutarco, 1987, p. 9), que Wiedemann (1887,p. 564) interpreta como “y mi misterio no ha sido revelado por ningún mortal”.

En su nombre, el signo Aa11 remite al espacio húmedo y fertilizante, es decir el agua y la tierra, a la que se agrega el influjo benéfico del aire o la atmósfera, simbolizado por su pluma (Shirun-Grumach, 1985, pp. 180-181). Con ello, Maât sería el símbolo perfecto de la fertilidad en el País de las Dos Tierras, responsable de la inundación del Nilo mismo (Teeter, 2001, p. 319). Pero también el signo, enhiesto, puede identificarse con la colina que simboliza el ascenso de la vegetación desde la tierra. Así, su analogía con la “colina primordial” y el trono del faraón parece clara. De ahí puede derivarse la idea que defiende Brunner (1958, pp. 426-428) de la correlación de la colina primordial desde la que fue creado el mundo y que queda simbolizada en el trono real, desde donde el faraón gobierna a aquél a través de la justicia, la maât. La diosa constituye la principal y potente fuerza legitimadora15 de su mando sobre Egipto (Teeter, 1997, p. 82). Por eso también su posible analogía con el trono real, según opina Shirun-Grumach (1985, pp. 173-174), siguiendo a Bleeker (1929). Para ellos, los signos Aa11 y EG N37 simbolizarían tal correspondencia, en el segundo caso con lo que sería un “pedazo medido de tierra”. El orden sería, entonces, “estar en concordancia con una medida inamovible”.

En el campo del derecho, maât simboliza la noción ideal de aquél, es decir la verdad y la justicia, que reposan sobre la distinción fundamental: maât como opuesta a la isft, “lo equivocado”, al grg, “la falsedad” (Lichtheim, 1992, p. 18),16 o sea, el desorden, la iniquidad, la mentira, como derecho universal o natural que luego se encontrará en los escritos platónicos. Thot, por su parte, “el corazón del dios Sol”,17 es el juez que aplica el derecho derivado de maât, es el sr n m3.t, el “magistrado de maât”, y el modelo del faraón, primero, y del visir después, en particular en la era ramésida, en la esfera jurídica (Menu, 1982, pp. 285, 288).

Es importante entender que la maât no es una norma ya elaborada, fija, estática. En cambio, es “suprasensible”, subjetiva, debe hacerse cotidianamente por parte del faraón “en su país y para su país, pero con la colaboración de este país” (Théodoridès, 1966, p. 57). Por ello es que la justicia, como dice el texto de Hatnub citado por Anthes (apudThéodoridès, 1995, p. 18), debía ejercerse para que cada uno obtuviese su derecho, su maât:

Yo siempre he juzgado un asunto de conformidad con su ‘maât’ (su justicia) no según la ‘maât’ del Rey, o de tal o cual dios, sino según la de la causa en cuestión, lo que significa: de conformidad con los intereses de las partes presentes, porque se entiende que siempre uno se esfuerza por hacer salir del tribunal a las dos partes satisfechas (por las decisiones que se tomaron).

Y es por ello que cada sector social tiene el derecho de aplicar la maât en su espacio cotidiano. El mejor ejemplo es el del ḳnbt de Deir al-Medina (Théodoridès, 1969, pp. 103-188).18

Pero, ¿cómo entender a la diosa como tal, y, sobre todo, su femineidad, en la que creo que radica también su importancia?

TOMADO DE> https://www.redalyc.org/journal/586/58663250001/html/

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