La Arqueología aborda el estudio de los cementerios como integrantes del fenómeno urbano, ya que son una parte sustancial del patrón de asentamiento y poblamiento de una ciudad.
El cementerio es una entidad dinámica de alto contenido simbólico y de resignificación permanente que manifiesta el sistema de pensamiento, creencias y estructura de la sociedad a la que pertenece, que se convierte, así, en una ventana a la historia de una ciudad que provee la forma de autorepresentación de sus habitantes. Existe una serie de manifestaciones simbólicas que se expresan en la arquitectura funeraria, cuyas significaciones están ligadas con el sistema de creencias e ideologías de los individuos.
El arte funerario, entonces, como manifestación social, se encuentra regido por las normas establecidas por un determinado grupo en un tiempo y lugar específicos. Los estudios funerarios, por lo tanto, tendrían dos objetivos. El primero sería caracterizar las expresiones funerarias como indicadoras de la identidad sociocultural de los sectores que conforman la comunidad a la cual pertenecen, explicitando estilística y simbólicamente las manifestaciones funerarias de los cementerios, mientras que el segundo sería explicitar los procesos de cambio socioculturales y su impacto en las manifestaciones funerarias, siendo el análisis estilístico un recurso de gran efectividad (Rizzo 2001; Rizzo y Sempé 2002).
En este tipo de investigaciones de las expresiones simbólicas de los cementerios, es posible encontrar un conjunto simbólico perteneciente a la Masonería, el cual se manifiesta en diversas bóvedas, panteones, tumbas y otros tipos de monumentos funerarios, y sobre el cual centraremos nuestro análisis.
El Conocimiento Masónico:
Podría decirse que la Masonería posee una “ortodoxia”, la cual consiste en seguir fielmente la Tradición Masónica, conservando con cuidado los símbolos y las formas rituales que expresan esta Tradición y que son como su ropaje, es decir, la ortodoxia masónica se refiere “al conjunto del simbolismo considerado como un todo armónico y completo y no exclusivamente a este o aquel símbolo en particular” (Guénon 1970: 73).
Si estos símbolos y formas rituales no se respetaran o se modificaran por completo, ya no estaríamos en presencia de una Masonería sino de otra cosa de muy distinto carácter, lo que podría ser una organización “pseudo-masónica” o “para-masónica” o de otro tipo. Pero es necesario aclarar que, para ser ortodoxa, la Masonería no debe apegarse a un formalismo estrecho ni ser inflexible en lo ritual, sin poder añadir ni suprimir nada, lo cual sería muestra de un dogmatismo muy ajeno al espíritu masónico. La Tradición Masónica no excluye la evolución ni el progreso, y los rituales pueden y deben ser modificados para adaptarse a las condiciones variables del tiempo y lugar, pero solamente en la medida en que no se afecte ningún aspecto esencial del simbolismo y del ritual.
El conocimiento y consideración de esta ortodoxia masónica permitirá la exactitud y precisión del análisis de la Masonería.
Categorías:MASONERIA