El pasado día 6 de marzo moría Nancy Reagan (1921-2016), la que fuera esposa de Ronald Reagan (1911-2004), presidente de los EE.UU., en su casa de los Ángeles.

Una figura histórica que, al margen de la anécdota del “Just say no”, su lema para concienciar a los jóvenes de que debían apartarse del mundo de la droga, se la recordará siempre por el destacado papel que jugó en la Casa Blanca y en la política de la primera potencia mundial guiada por los consejos de una astróloga, Joan Quigly (1927-2014).
La historia salió a la luz pública, causando sorpresa y escándalo, en 1988, cuando Donald Regan, el jefe del staff de la Casa Blanca, publicó For the record (1), un libro en el que hizo declaraciones tan impactantes como esta:
“Virtualmente, todo gran acontecimiento y decisión de los Reagan durante mi tiempo como jefe del staff de la Casa Blanca era consultado previamente con una mujer en San Francisco que levantaba horóscopos para asegurarse de que los planetas estaban alineados favorablemente para el asunto.”
A partir de ahí, Nancy tuvo que asumir que era ella y no su marido quien usaba la Astrología para tomar importantes decisiones, buscando, además, una excusa para justificarlo. Ante las insistentes preguntas de la prensa, el responsable de comunicación de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, tuvo que salir al paso y dijo lo siguiente:
“Es cierto que la Sra. Reagan tiene interés en la astrología. Lo tiene desde hace tiempo, en particular desde el intento de asesinato en marzo de 1981. Ella estaba muy preocupada por el bienestar de su marido, y la astrología ha sido parte de sus intereses en este sentido.”
Al año siguiente, 1989, la primera dama publicaba un libro titulado My Turn, en el que, lógicamente, trataba de minimizar el papel jugado por la astróloga. La presión de los medios era enorme y también la de los inquisidores, que aún existen porque el mundo está lleno de cerebros primitivos dispuestos a negar e incluso atacar de forma vehemente aquello que desconocen.
Joan Quigly, la astróloga, no se calló, y un año más tarde, en 1990, publicó su réplica en forma de libro con el sugerente título What Does Joan Say?: My Seven Years as White House Astrologer to Nancy and Ronald Reagan (2). Esto es algo que la astróloga nunca debió hacer, independientemente de lo que dijera Nancy, pues los astrólogos nos debemos siempre y de forma escrupulosa al secreto profesional. Sin embargo, lo hizo, aunque también dijo que se estaba exagerando sobre su papel.
Lo cierto es que Quigley puede haber contribuido en gran medida al final de la Guerra Fría, al haber propiciado y agendado asuntos tan trascendentales como el histórico acercamiento entre Reagan y Gorbachov que se produjo en Islandia en 1986 y que supuso el comienzo del desarme nuclear. ¿Por qué en Islandia?, sería una de las cuestiones que debería haber respondido la astróloga y que, como astrólogo puedo entender. ¿Por qué Reagan dejó de considerar a Rusia como el enemigo y el Imperio del Mal y dio ese histórico paso de acercamiento? Porque la astróloga le convenció de que con el Mercurio que Gorbachov tenía en Acuario, debía ser un hombre abierto a nuevas ideas y podrían entenderse.
RONALD REAGAN TENÍA UN GRAN RESPETO POR LA AUTÉNTICA ASTROLOGÍA
Los Reagan y la Casa Blanca pretendieron hacer creer que era Nancy la que tenía interés por la Astrología, y que se debía a la enorme preocupación de Nancy por la seguridad de su marido tras el atentado sufrido en 1981. Pero la afición de los Reagan por la Astrología venía de muchos años antes, incluso de cuando se conocieron siendo actores.
Ronald Reagan publicó en 1965, muchos años antes de lograr la presidencia del país, incluso cuando aún no era gobernador de California, Where’s the Rest of Me?, un libro en el que hablaba abiertamente de su amistad con la astróloga Carroll Righter (1900-1988) y de cómo a él y a Nancy les gustaba leer su horóscopo. Conocida como la “astróloga de las estrellas”, porque hacía cartas astrales para las estrellas de Hollywood, escribió para más de 166 periódicos de todo el mundo y pertenecía al signo de Acuario, como Reagan, lo que contribuyó a sus simpatías mutuas. Ambos sabían, además, que varios presidentes de los EE.UU. fueron de su mismo signo. Ya entonces, Reagan no era un simple lector de horóscopos, sino que conocía la Astrología bastante a fondo y la tenía en alta estima, como demuestra el hecho de que nunca quiso publicar su hora de nacimiento, según contó esta astróloga en una entrevista y luego se demostraría con el paso de los años. Sabedor de la importancia que tiene la Carta Astral Natal, el presidente se protegía de ese modo, como otros grandes personajes hicieron en diferentes momentos de la historia. Era consciente de que, si todo el mundo sabía su hora natal, cualquier experto astrólogo podría conocerlo a fondo e incluso anticipar algunas de sus intenciones. De hecho, se han publicado diferentes cartas astrales de Ronald Reagan con horas diferentes. La hora de nacimiento del presidente era, de algún modo, secreto de Estado.
El mismo cuidado con el que más tarde, siendo presidente del país, elegiría las horas más apropiadas para sus viajes con el Air Force One o sus más importantes actos políticos en base a la Astrología, lo tenía en décadas anteriores. En 1967, al ser elegido gobernador de California, fijó una hora extraña para inaugurar su mandato, las 12:10. Según relató entonces LA Times, tanto el gobernador saliente como muchos astrólogos dijeron que se debía a razones astrológicas.
En agosto de 1974, siendo gobernador de California, firmó una ley (capítulo 583, sección 50027) por la que borraba a los astrólogos de la categoría de adivinos o videntes, permitiendo así que pudieran cobrar por sus servicios. Una muestra más de que Reagan diferenciaba muy bien a los astrólogos de los videntes y de la alta estima que tenía al oficio de la Astrología.
En 1980 el Comité Nacional Republicano hizo un curioso encargo que consistía en elegir a uno de los seis candidatos a vicepresidente para Reagan con el fin de acompañar a éste a un viaje a México. Esta tarea se le pidió a Joyce Jillson (1945-2004), la astróloga oficial de la Twentieth Century Fox Studios, una de cuyas funciones era determinar las fechas más favorables según los astros para el lanzamiento de las películas, como hizo, por ejemplo, con Stars Wars (25 mayo 1977).
Siendo ya presidente, y una vez se supo que la Casa Blanca contaba con asesoramiento astrológico, se le preguntó si creía que, a través de la Carta Astral, se podía vislumbrar el futuro. Su respuesta fue muy respetuosa hacia la Astrología y suponía un rotundo sí para quien saber leer entre líneas y entiende cómo funcionan los mecanismos del poder:
“No he dirigido mi vida por ello, pero no contestaré de otro modo porque no sé lo suficiente sobre el tema como para decir si eso es así o no… y no quiero ofender a nadie que crea o conecte con ello” (3)
Era una mentira a medias, puesto que su cargo no le permitía hablar con la verdad, dada la hipocresía que siempre envuelve al poder y al conjunto de la sociedad. Ronald Reagan no ató su vida a la Astrología, pero la usó desde que tomó contacto con ella en sus tiempos de actor, incluso para tomar algunas de las más importantes decisiones de su vida. Esa respuesta tan respetuosa me recuerda la famosa anécdota de lo que ocurrió entre dos grandes de la ciencia, cuando Halley reprochó a Newton que creyera en la Astrología, a lo que el genio que descubrió la Gravedad replicó: “Señor, yo la he estudiado y usted no.”
PRESIDENTES DE LOS EE.UU. Y ASTROLOGÍA
El asunto no era nuevo, tampoco una excentricidad de Reagan. Una auténtica legión de destacadas figuras a lo largo de la historia ha tenido en cuenta la Astrología para guiarse o tomar importantes decisiones. Una larga lista en la que figuran emperadores, papas, científicos, escritores, artistas, deportistas, exploradores, intelectuales…
Por supuesto, Reagan no fue el único presidente de los EE.UU. que usó la Astrología para tomar importantes decisiones privadas y de estado. Warren Harding y su esposa consultaban con Madame Marcia, más vidente que astróloga, quien en 1920 le predijo que ganaría las elecciones y se convertiría en presidente, pero que le costaría la vida. Y así fue, murió tres años más tarde. Era una predicción basada en un maldito ciclo de los presidentes USA que veremos más adelante.
Otros antes que él también lo hicieron, como Franklin D. Roosevelt o Theodor Roosevelt, que tenía su Carta Astral Natal encima de una mesa de ajedrez en el Despacho Oval de la Casa Blanca; él mismo confesó que prestaba especial atención a su Luna en casa siete en oposición a Marte.

Thomas Jefferson y John Adams contaron con la inestimable ayuda de la genial figura del político, inventor, científico y astrólogo Benjamin Franklin (1706-1790), quien influyó, entre otros acontecimientos de primordial importancia, en la Declaración de Independencia (1776) y es considerado uno de los Padres Fundadores de los EE.UU. Desde 1732 hasta 1758 escribió y publicó, bajo seudónimo, Poor Richard´s Almanac, un anuario que contenía consejos de todo tipo, pero con un gran contenido de Astrología. En ellos decía: “Oh, el maravilloso conocimiento que se puede encontrar en las estrellas. Incluso la más pequeña de las cosas está escrito en ellas… si tienes la suficiente habilidad para leerlas.”
Richard Nixon consultaba con la famosa vidente Jeane Dixon (1904-1997), incluso llegó a recibirla en 1971 en el Despacho Oval de la Casa Blanca. A ella se le reconocía públicamente el mérito de haber pronosticado con años de antelación el asesinato de John Kennedy, sin duda, basándose en el famoso ciclo maldito de los presidentes de su país. También asesoró a Nancy Reagan.
No son los únicos, pero es una representativa muestra de la relación de los presidentes de los EE.UU. de América con la Astrología.
EL MALDITO CICLO DE LOS PRESIDENTES DE LOS EE.UU.
Los Reagan eran sabedores de una vieja profecía que encerraba una maldición para los presidentes de los EE.UU. El ciclo entre Júpiter y Saturno (4) se repite aproximadamente cada veinte años y, según el cual, el presidente que hubiera cuando se formaba esa conjunción moría antes de finalizar su mandato.
El primero de la serie fue William Harrison, que murió por enfermedad en 1841; 20 años más tarde, el presidente electo era Abraham Lincoln, que murió asesinado en 1865; el presidente de la siguiente conjunción Júpiter-Saturno fue James Garfield, asesinado en 1881; el siglo XX también empezaba con una de esas terribles conjunciones, y William Mckinley cayó asesinado en 1901; el turno continuó con Warren Harding, que moriría por enfermedad en 1923; Franklin Roosevelt, también por enfermedad en 1945; a John Kennedy le tocó el turno con la conjunción siguiente, siendo abatido a tiros en Dallas, en 1963.
La siguiente conjunción le tocaba a Ronald Reagan, y, gracias a su interés por la Astrología, él era conocedor de ese ciclo. ¿Hasta qué punto el maldito ciclo se acabó con él gracias a la Astrología? Es algo que nunca sabremos con certeza, pero que es muy probable. En 1981, el mismo año que la conjunción era exacta, el presidente sufrió un atentado por el que una bala le atravesó el pecho, pero no murió por ello ni durante su mandato. El siguiente de la lista tampoco, de modo que ese ciclo parece haber llegado a su fin. Siete años más tarde trascendió a la prensa que los Reagan eran asesorados de forma habitual y continua por la astróloga Joan Quigly.
REFERENCIAS
1.- Regan, Donald. For the Record: From Wall Street to Washington, (San Diego: Harcourt Trade Publishers, 1988); ISBN 0-15163-966-3
2.- Joan Quigley, What Does Joan Say?: My Seven Years as White House Astrologer to Nancy and Ronald Reagan (New York: Carol Publishing Group, 1990)
3.- President Won’t Judge Astrology”. Albany (N.Y.) Times Union. 1988-05-18.
4.- Las conjunciones Júpiter-Saturno eran fundamentales para los antiguos astrólogos, quienes consideraban que determinaban el principio y final de las dinastías. Sin duda, fue una de esas conjunciones la que los Magos (astrólogos de Oriente) interpretaron como la señal del nacimiento de Jesús, la que pasó a la historia como la Estrella de Belén, como ya descubriera el astrólogo-astrónomo Johannes Kepler. Puedes leer, al respecto, este interesante artículo.
Algunas partes de este artículo las he tratado previamente en mayor o menor extensión en diferentes congresos y artículos, en especial, lo que se refiere a los ciclos entre Júpiter y Saturno, así como el ciclo maldito que emana de las conjunciones entres estos dos planetas para los presidentes de los EE.UU. En concreto, hablé sobre este tema o asuntos referidos al mismo en el Congreso de Astrología de Brasil celebrado en Sao Paolo (mayo del 2000), en el XVII Congreso Ibérico de Astrología celebrado en Bilbao ese mismo año o en las X Jornadas Astrológicas de Peñíscola (2007), además de artículos como la sección de Astromundial del Anuario Astrológico 2009, donde hablaba del fin del predominio mundial de los EE.UU.
Por Vicente Cassanya
FUENTE: https://www.cassanya.com/presidentes-de-los-ee-uu-y-astrologia/
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