MASONERIA

LA Gr. Log. Fem. de Chile, UNA CONSTRUCCIÓNDE MUJERES SOÑADORAS

“La puerta que han abierto no se cerrará detrás de mí y toda una legión me seguirá” María Deraismes, Iniciada en 1882, Francia

“La puerta que han abierto no se cerrará detrás de mí y toda una legión me seguirá” María Deraismes, Iniciada en 1882, FranciaA continuación, el trabajo que se presentó en la Fiesta Blanca de la Gran Logia Femenina de Chile realizada el sábado 18 de mayo en la Gran Logia de Chile. El texto fue preparado y leído por QQ.·. HH.·. de las Respetables Logias “Kimsa Warmi” N°39 de Iquique, “Trapananda” N° 40 de Coyhaique y “Generación Fraternal” N° 41 de Santiago.

C onocer la historia de una institución es construir su identidad, fijar el pensamiento que ha dirigido su acción y proporcionar un piso firme y seguro para el futuro de sus integrantes. Es mirar el pasado para comprender el presente, para saber el porqué de nuestra actualidad, cómo hemos llegado a ser lo que somos, así como también para proyectarnos al futuro.

Relatar hoy la historia que ha tenido la Gran Logia Femenina de Chile es para nosotras muy significativo, especialmente por dos razones: una, por el hecho de que es una institución que a lo largo de treinta y seis años ha realizado exitosamente una labor constante para brindar a la mujer un espacio de perfeccionamiento en diferentes aspectos, conservando la identidad femenina que le es propia, y la otra razón, porque se trata de una crónica conocida desde las fuentes directas, ya que, muchas de las principales mujeres que forjaron la Obediencia viven y siguen activas.

La evolución de la GLFCH es un continuo que comenzó con la travesía emprendida por un grupo de mujeres soñadoras que había asimilado la idea de crear un espacio masónico propio, que le permitiera interactuar en forma independiente y ser plenamente partícipe de lo que ocurría en el entorno social. Y el sueño se hizo realidad, la institución se ha consolidado a través de estos treinta y seis años y para lograrlo confluyeron destellos de inspiración, habilidades de distinto tipo, mucha mística y por sobre todo una visión de futuro que se ha ido cumpliendo en forma continua, secuencial, con grandes acuerdos respecto de los temas esenciales. Por otra parte, aunque la historia de la GLFCH no ha estado exenta de dificultades su devenir muestra que ha sido una institución consecuente con su visión y misión.

En dicho contexto, en esta celebración de nuestro trigésimo sexto aniversario, les invitamos a conocer quiénes somos, el porqué de una masonería femenina en Chile, como ha sido su desarrollo y cuál es nuestra visión de futuro.

QUIÉNES SOMOS

La Gran Logia Femenina de Chile es una Obediencia independiente, establecida el 9 de mayo de 1983, que trabaja bajo el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Es iniciática, esencialmente humanista, filosófica y filantrópica, integrada por mujeres diversas unidas por su aspiración de crecimiento espiritual, de búsqueda de sentido y de aporte a una mejor sociedad. Este trabajo se realiza a través del estudio y la reflexión tanto individual como grupal con otras mujeres que transitan por el mismo camino, bajo un sistema educativo gradual, basado en el símbolo y en la vivencia de los rituales. La Obediencia se sustenta en los Principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, privilegiando valores como el respeto, la tolerancia, el uso de la razón y el amor al prójimo. La Gran Logia Femenina de Chile es una institución joven, que se ha construido a sí misma, sin ayudas externas y con las dificultades que implica la falta de financiamiento y el hecho de estar conformada por mujeres que en la vida profana desarrollan múltiples tareas en los ámbitos profesional y familiar, además de enfrentar la brecha de género, todavía muy viva en la sociedad chilena.

Porque si hay algo que caracteriza a las Logias es que en cada una de ellas es posible encontrar integrantes que recién se empinan sobre los veinte años y otras que ya superan los noventa; algunas que tienen altos estudios y otras no tantos; unas que ocupan cargos prominentes en el Estado o en la empresa privada y otras que desempeñan funciones habituales…y nada de ello importa en el trabajo masónico, todas marchan como una entre sus iguales, unidas bajo el mismo ideal de crecimiento interior, de conocerse a sí mismas para renacer como personas renovadas.

La Gran Logia Femenina de Chile es una institución dinámica, que en estos 36 años de existencia ha vivido grandes transformaciones, en línea con el mundo vertiginoso y en constante cambio del que es parte.

LOS ORÍGENES, ALGUNOS HITOS

En la Europa del siglo XIX se establecieron logias femeninas, sin embargo en América Latina y en nuestro país el fenómeno es más reciente.

En el Chile de principios del siglo XX dejó una huella importante una ilustre masona española: Belén de Sárraga, médica, periodista política, iniciada en la Logia “Severidad”, de Valencia. Belén estuvo en dos oportunidades en Chile en 1913. Recorrió las salitreras del norte y en 1915 llegó hasta Magallanes. Con posterioridad a sus visitas se formaron los “Centros de Mujeres librepensadoras Belén de Sárraga”, que se extendieron por el país y buscaron mejorar la situación de la mujer, denunciar el patriarcado reinante y democratizar la sociedad.

Las primeras semillas para la creación de una Masonería Femenina integrada exclusivamente por mujeres surgieron en la década del 60. Pero la génesis se remonta a tres décadas atrás, cuando mujeres como Elena Caffarena, Olga Poblete, Graciela Mandujano o Marta Vergara luchaban al alero del Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena (MEMCH) por sus derechos, especialmente en el plano político.

Según relata el libro Mujeres con Mandil que recoge la historia de los primeros años de vida de la Masonería Femenina, la creación en 1948 del primer Centro Femenino auspiciado por la Respetable Logia Aurora de Italia N° 24 fue una forma de abrir un espacio de participación a las mujeres en el ámbito masónico. Y en 1955 se estableció la Asociación de Centros Femeninos, institución apoyada por la Gran Logia de Chile, lo que constituyó uno de los impulsos germinales a la futura masonería femenina, porque el anhelo de algunas preclaras mujeres que pertenecían a los Centros, convergió con los avances que empezaba a mostrar la sociedad chilena respecto de la mujer.

aspiración de convertirse en masonas iniciadas, constituyendo logias autónomas y femeninas, respondía al ambiente de la época, y las mujeres precursoras escuchaban el discurso de notables congéneres como Amanda Labarca. Esta influencia cumplió un rol fundamental en la conciencia que ellas adquirieron para madurar su participación en la masonería, porque pese a las dificultades que debieron enfrentar tuvieron la capacidad de mirarse y pensarse a sí mismas, como personas y como ciudadanas.

Para cumplir con la aspiración de crear una masonería femenina las primeras masonas hicieron varios intentos fallidos, entre otros, un grupo de ellas trató de iniciarse en el Rito de York, en Inglaterra, el que permitía el ingreso femenino, pero lo costoso del viaje y el idioma lo hicieron imposible. También se realizaron algunas gestiones ante autoridades masónicas nacionales que no prosperaron, con los QQ.·. HH.·. Sótero del Río y Aristóteles Berlendis.

Sin embargo, favoreció esta causa la llegada a Chile de la Q.·. H.·. María de Letre, quien era Delegada del Rito Nacional Mexicano para Sudamérica, tenía experiencia en la creación de logias y ofreció el apoyo del Gran Oriente de México para la formación de una Logia Femenina en Santiago. El esfuerzo que hicieron para concretar esta obra Hermanas pioneras, como Lucy Cáceres de Seguel y Teny Rojas de Valencia, culminó el 11 de enero de 1970 con el Levantamiento de Columnas de la Primera Logia Femenina chilena, Araucaria Nº3, que se unió a tres logias de varones que constituían la Gran Logia Metropolitana, adscrita al Benemérito Rito Nacional Mexicano.

Se eligió para esta primera Logia el nombre de Araucaria, inspirada en la “Oda a la Araucaria Araucana”, de Pablo Neruda. Un árbol que como la novel logia, ampara, abriga, alimenta, brinda belleza y se reproduce, creciendo altiva, recta, segura, hacia las alturas.

La situación política que afectaba en esos años al país, también influyó en dicho Oriente, que debió abatir Columnas. Las mujeres ya iniciadas no renunciaron a su proyecto masónico y continuaron trabajando y fue así, como las QQ.·. HH.·. Chita Cruz y Eliana Corbalán, las primeras Grandes Maestras que tuvo la Gran Logia Femenina de Chile, lograron en 1983 consolidar la R.·. L.·. “Araucaria” Nº 1, que el mismo año dio origen a la R.·. L.·. “Acacia” Nº 2 y al Triángulo “Armonía” en el Valle de Rancagua. Esto permitió solicitar al Gran Oriente de México la regularidad para crear la Gran Logia Femenina de Chile, la que se estableció en mayo de 1983 como organismo autónomo.

No podemos dejar de recordar que de la cantera de la R.·. L.·. “Araucaria” Nº 3, brotaron todos los eslabones para los Talleres que verían la luz durante los años siguientes y también que ha existido un paralelo entre el desarrollo de la Masonería Femenina y los movimientos de emancipación femenina.

DESARROLLO Y CONSOLIDACIÓN

Desde 1983 hasta la fecha el crecimiento de la GLFCH ha sido progresivo. Es así como bajo la dirección de las Grandes Maestras Chita Cruz Donoso, Eliana Corbalán Barbier, Nancy Muñoz Miranda, Miriam Silva Mera, Oriana Valdés Sanhueza, Ximena Muñoz Muñoz, Susana González Couchot y Carmen Mardones Hauser la institución ha avanzado y desarrollado aspectos tales como la expansión territorial, la docencia masónica, la organización institucional, la infraestructura y las relaciones internacionales.

Actualmente está integrada por 45 Logias y se espera que durante 2019 se Instalen tres Logias adicionales en las ciudades de Antofagasta, Rancagua y Viña del Mar. El compás masónico se abre por el norte hasta la región de Arica Parinacota y por el sur hasta la región de Magallanes.

Además, la Obediencia ha sido un ente multiplicador de la Masonería Femenina en América Latina, ya que contribuyó a formar e instalar las Grandes Logias Femeninas de Argentina, Uruguay y Bolivia. Actualmente existe dependencia de la Gran Logia Femenina de Chile de una Logia en Panamá y de dos en Perú, iniciativas que también tienen como finalidad formar sus propios Grandes Orientes. El perfeccionamiento y sistematización de la docencia ha sido preocupación fundamental y la Escuela de Docencia Masónica con un programa curricular dirigido a la Maestría da cuenta de ello.

En el plano de las relaciones exteriores mantiene una veintena de Pactos de Paz y Amistad con diversas potencias masónicas de Chile y el extranjero. Cabe destacar que en septiembre de 2018 se suscribió el Acta de Relación y Cooperación con la Gran Logia de Chile.

Por otra parte, la Gran Logia Femenina de Chile fue la propulsora de los Encuentros Latinoamericanos “ELA”, los que posteriormente dieron origen a la Federación Americana de Masonería Femenina “FAMAF”, cuyo propósito es establecer lazos fraternos y de comunicación entre las Obediencias de mujeres del continente.

Un problema que ha frenado el crecimiento logial ha sido la falta de recursos para adquirir sedes donde trabajar. Aunque cuenta con casas masónicas propias en Santiago y en algunas ciudades de regiones, estas son insuficientes.

 Otro hito para la Masonería Femenina chilena fue la instalación del Supremo Consejo Femenino de Chile en 2005, que reúne del Grado IV al XXXIII de la Masonería Filosófica, al que pertenecen Hermanas de logias femeninas de todo el país.

EL FUTURO ESTÁ LLAMANDO A NUESTRAS PUERTAS

El cambio cultural que han traído la globalización y la secularización plantean nuevos paradigmas a las instituciones y a las personas. Las nuevas demandas exigen enfoques y formas distintas para abordar un futuro que ya está literalmente llamando a nuestras puertas.

Es con este espíritu que la Gran Logia Femenina de Chile se ha trazado una hoja de ruta para el futuro próximo, implementando diversas acciones, tanto intra como extra muros, orientadas a transmitir claramente sus cualidades morales, la dignidad que promueve para todos los seres humanos y los logros en cuanto a la mejora de cada individuo en un mundo difícil de organizar.

PALABRAS FINALES

Al introducir este trabajo dijimos que es necesario mirar al pasado para saber el porqué de nuestra actualidad. No ha sido fácil para la mujer acceder a la Masonería. Sin embargo, la Gran Logia Femenina de Chile a lo largo de su historia ha conquistado espacios, ha logrado visibilizarse, goza de autonomía y constituye un referente para muchas mujeres, algo que hace cincuenta años era impensable.

La Q.·. H.·. Ximena Órdenes en su presentación del libro Masonería Femenina en Chile 2004-2018 dice: “mirar colectivamente el pasado reciente, constituye una oportunidad para compartir experiencias de comunicación bajo el sello de la fraternidad, tolerancia, respeto e independencia y seguir abriendo ventanas al exterior, de continuar con la obra de Hermanas visionarias que hace más de tres décadas se atrevieron a romper paradigmas y abrieron un espacio formal para las mujeres librepensadoras de Chile(…) y nos recuerda que siempre habrá una francmasona que abra nuevos caminos con el objetivo de favorecer el mejoramiento moral, espiritual y material del género humano”.

La historia de la Gran Logia Femenina de Chile es hermosa, ha sido protagonizada por mujeres soñadoras que emprendieron la construcción de una obra que no era fácil. Es una historia de grandes esfuerzos y de generosa entrega sostenida en los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Todo esto nos da confianza en que la Masonería Femenina continuará acogiendo, cada vez más, a mujeres librepensadoras; el porvenir se percibe auspicioso.

TOMADSO DE https://granlogiafemenina.cl/wp-content/uploads/2019/06/revista-logia-41_VB.pdf

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