Es muy común en nuestra sociedad la costumbre de considerar que la sabiduría masónica debe volcarse en el mundo exterior a través del ejemplo, tanto en las actitudes como en las ideas.

Considero que la Masonería no queda encerrada dentro de los linderos del templo, sino que los trasciende para luego irradiar su fuerza por el mundo. De esto se desprende que el Masón debe ser guía de la sociedad y comunidad en la que se desenvuelve.

Es igualmente usual considerar como una verdad que todo el saber de nuestra Orden se halla concentrada en la simbología y el ceremonial, así mismo que ese saber está al alcance de quien desee tomarlo, luego de hallarlo, tras el hurgar persistente entre los símbolos que adornan nuestros Talleres.

La iniciación se busca a través de la práctica figurativa y alegórica del arte de la construcción. Esta construcción y sus herramientas no son materiales, ni palpables por que viven de la iconografía emblemática de la orden. Nuestro deber, por tanto, es escudriñarlas, buscarlas y estudiarlas para recibir el mensaje que de ellas dimana.

Vale la pena insistir en la importancia que adjudicamos al deber de asistencia a las logias, como elocuente requisito para un exitoso labrado de la piedra bruta o de toque, los trabajos de los hermanos enriquecen el espíritu y allanan el camino de la
superación, al brindar nuevos matices y alternativas, nuevas para nuestras propias conceptualizaciones.

Ese escudriñamiento o búsqueda y esa receptividad a los trabajos de los hermanos significan, y constituyen la esencia de la instrucción masónica.

La instrucción masónica por lo tanto, no es una mera preparación escolástica ni un simple aprendizaje doctrinario, es un trabajo interdependiente y al mismo tiempo personal, es el deletreo imperioso de la Palabra Sagrada que nos aúna y nos separa a la vez. Sin la instrucción no puede haber desarrollo espiritual en el seno de la francmasonería y sin este desarrollo no puede haber irradiación hacia el mundo profano.

Si no existe transmisión al mundo exterior la Masonería pierde su calidad de guía, pasando a encasillarse en una caparazón sin arte y atrofiada. Esta trascendencia de la trasmisibilidad nos señala la importancia fundamental de la instrucción masónica, tomando la palabra fundamental en su enorme y cabal acepción.

FUENTE: https://canarianfreemasonry.org/webglc/2022/11/12/la-sabiduria-masonica/