MASONERIA

La Sal como Símbolo

A.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

Oriente de Buenos Aires,   

LA SAL COMO SÍMBOLO
Por LUIS

V:.M:. y QQ:.HH:. Todos:

A la Sal desde la antigüedad, se le ha dado diferentes significados, habiendo sido tomados algunos de ellos por la M:.

Desde el punto de vista químico, la sal es un compuesto formado por cationes (iones con carga positiva) enlazados a aniones (iones con carga negativa). Es producto de una reacción química entre una base (el catión)  y un acido (el  anión).

Tiene la propiedad de ser soluble en agua, donde se separan los iones. La solubilidad simboliza la unión del YO con Dios, con el UNIVERSO. En el Antiguo Testamento, es símbolo de la alianza entre Dios y el pueblo hebreo, también nombrada “Alianza de sal”. Podemos leer en el Levítico (2,13): ”A toda oblación que presentes le podrás sal; no dejarás que a tu ofrenda le falte la sal de la alianza de Yavéh; en todas tus ofrendas ofrecerás sal”. Dios mismo firma sus pactos más sagrados sellándolos con ella, al decir “…te lo doy a ti, a tus hijos y a tus hijas contigo, en estatuto perpetuo; es pacto de sal perpetuo, ante Yavéh contigo y con toda tu descendencia» (Levítico 18, 19), compromiso que ha de perdurar por los siglos: “¿No sabéis vosotros que Yavéh, Dios de Israel, dió a David el reino de Israel para siempre a él y a sus hijos en pacto de sal?» (Paralipómenos II 13, 5).

Desde los primeros tiempos de la humanidad, resulta un ingrediente fundamental no sólo para dar sabor a las comidas y para conservar los alimentos, sino para el sustento cotidiano.

Conserva los alimentos, pues impide que se desarrollen y reproduzcan las bacterias. Tan importante era la sal en dicha función, en épocas antiguas y tan alto su valor, que las legiones romanas recibían en ocasiones su sueldo o soldada en sal. De ahí que el cobro por un trabajo prestado reciba el nombre de salario. Por su cualidad de conservar los alimentos simboliza la incorruptibilidad y la purificación. El uso de la sal en la Iglesia pertenece exclusivamente al rito romano. El ritual conoce dos tipos de sal para propósitos litúrgicos: la sal bautismal y la sal bendita. Entre los símbolos que se usan en el bautismo para que podamos representarnos algo que está sucediendo por dentro y que no podemos ver, es el de la colocación de un poco de sal previamente purificada y santificada por oraciones y exorcismos especiales, en la lengua del bautizado. Esto es una señal de bienvenida a nuevo miembro de la Iglesia y el gusto por las cosas de Dios que la gracia del Bautismo le dará al bautizado.  La otra sal es exorcizada y bendecida en la preparación de agua bendita.

La sal es un elemento necesario en nuestra alimentación, aunque el organismo humano sólo lo necesita en cantidades ínfimas. Posibilita el buen funcionamiento de nuestro organismo,  al intervenir gracias a su composición química, en el avance de los fluidos del cuerpo, en la transmisión de los impulsos nerviosos y en la contracción de los músculos.  Por ello, simboliza el alimento espiritual: en el Nuevo Testa­mento, Jesús exhorta a sus discípulos a ser “la sal de la tierra”, a transmitir la verdad de Cristo. La sal es un símbolo de purificación: consumirla significa comulgar Alimento de la alianza espiritual.

En Alquimia, la sal da sustancia y equilibra las cosas, actuando sobre el azufre (padre de sabiduría, principio masculino, activo, eléctrico, y creativo) y el mercurio (madre ciencia, principio femenino, atractivo, magnético y receptivo), gracias al cual éste se anima. La sal simboliza el cuerpo físico, el azufre el alma y el mercurio el espíritu. El atanor, como horno de fusión, es el propio cuerpo del operador, mientras que el crisol resulta el embrión. El mercurio, además, simboliza lo fluido, dinámico, femenino, dual. Y el azufre también simboliza lo fijo, estable y masculino. La sal es el moderador y estabilizador de ambas tendencias. Cuando se completan las fases y operaciones alquímicas, la Sal de los filósofos aparece como unión de los dos principios y es entonces cuando el alquimista ya se convierte en adepto, al transformarse en el andrógino alquímico, que simboliza la unión de los opuestos.

Para los hebreos, árabes y griegos, compartir la sal significa establecer un lazo de hospitalidad y fraternidad, porque su sabor es indestructible. Entre griegos y romanos existía un refrán popular que advertía que, para conocer a un amigo, era necesario haber consumido juntos muchos modios de sal. Aristóteles, dice que no se debe tener un amigo sin ponerlo a prueba, no por un solo día, sino por mucho tiempo; señala al hablar de la amistad perfecta, que es la que se da entre hombres semejantes en virtud; que en su opinión, sólo esta amistad es en verdad perdurable, ya que hace falta del tiempo y del trato, pues, según el proverbio, no es posible conocerse mutuamente los hombres antes de haber consumido juntamente la sal.

Por su parte, Cicerón se hace eco de estas ideas al decir que la amistad más antigua debe ser la más agradable, como esos vinos que resisten al tiempo; y es verdad aquello que se dice: que se de­ben comer juntamente muchos modios de sal para que sea col­mada la tarea de la amistad. Cicerón emplea el verbo edere, es decir, “comer”, lo cual, refleja el hecho de que los romanos consideraban que la sal en sí misma constituía una verdadera comida, y además la tenían por un nutrimen­to muy saludable.

Plutarco explica con amplitud, el hecho de que los antiguos consideraran que la sal, por sus nobles virtudes, era el producto más grato a los dioses, y por ello, ya desde Home­ro, fue llamada divina sal.

La sal para los griegos, también representaba a la civilización, según surge de estos versos de la Odisea: “márchate luego, hasta que llegues a aquellos que el mar no conocen, esos hombres no comen comida mezclada con sal, ni conocen las naves”.

Para los romanos, la sal constituía una representación de la agudeza intelectual, del ingenio, de la astucia, de la sagacidad, incluso del sarcasmo. En el ámbito de la re­tórica, el término “salado” (salsum) designaba al discurso que, con gracia e ingenio, movía generalmente a la alegría y a la risa. Quintiliano, por ejemplo, dice que “salado” se refiere a lo que hace reír, porque toda expresión que hace reír debe estar acompañada por cierta sal y entiende por “salado”: lo que no es insulso, así, por ejemplo, cierto sencillo condi­mento del discurso que se deja sentir por el juicio, como por el paladar, y que excita y defiende del tedio al discurso. Pues, a la manera que las sales, esparcidas con justa medida, añaden a la comida algo de su propia delicia, así también esos dis­cursos que tienen sal añaden algo que nos hace tener sed de escuchar.

Sal y salsum, la sal y lo salado, tras­pasan las fronteras de la composición química, para simbolizar la virtud del orador y la cualidad del discurso. Plinio el Joven, en la carta donde anuncia la muerte de Marcial, escribe que “era un hombre ingenioso, agudo, ácido, quien al escribir tenía mu­chísimo de sal y de hiel”.

La sal metafóricamente resulta uno de los ingredientes indispensables para la elocuencia. Cicerón se­ñala que el discurso no debe resultar insípido, toda oración —dice— debe estar aderezada con sal y, en ese mismo senti­do, el apóstol san Pablo aconsejará: “que vuestra conversación sea siempre amena, sazonada con sal”

Al ser considerada la sal muy valiosa, si se derramaba podía generar graves pérdidas y mala fortuna y por ello, se comenzó a apoyar sobre una mesa, de modo que cada uno se hiciera responsable por su propia manipulación. Esto se aprecia en el cuadro La Ultima Cena de Leonardo da Vinci (1495), representando a Judas junto a un salero caído. Para conjurar la mala suerte, se supone que lanzando dos pizcas de sal sobre el hombro izquierdo, se puede invertir la desgracia. Esto tiene origen en que se creía que un espíritu malvado estaba parado detrás de las personas, en su izquierda. ¡Si se lanzaba sal sobre el hombro izquierdo, ésta entraría en sus ojos y lo asustaría.

Como hemos visto, la sal entre otros, es símbolo de la purificación, la unión con Dios, la unión de los opuestos, la fraternidad y el ingenio y por ello, es uno de los elementos que se encuentran presentes en la C:. de R:.

S.F.U.
Cumplido Venerable Maestro

FUENTE: https://logialibertadoresblog.wordpress.com/la-sal-como-simbolo/

Categorías:MASONERIA

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