Historia y realidad. Los editoriales
Fueron seleccionadas entre el total de los editoriales publicados en estos años aquellos que evidencian en mayor grado la posición de la masonería ante las problemáticas más acuciantes a que se abocó la institución en el período, reflejo de los problemas de la sociedad y masonería cubanas en el curso de los años en cuestión. Estas preocupaciones estuvieron determinadas por la historia de la institución masónica cubana, caracterizada por la preocupación por los problemas sociales en el país.
El papel que jugó la masonería en la historia nacional, con una activa participación de muchos de sus miembros en hechos trascendentales de los procesos libertarios de la nación, su presencia en los sucesos fundamentales de la etapa, como es la promoción de la firma de la Ley del Divorcio, entre otras, demuestran su marcada tendencia a ocuparse de las más diversas problemáticas sociales.
Por tanto, los contenidos y temáticas de la revista estuvieron determinados tanto por la historia de la institución masónica cubana, como por la realidad social del país.
De enero de 1920 a diciembre de 1924 se publicaron en los sesenta números aparecidos en los anuarios de La Gran Logia cincuenta y nueve editoriales. Aunque a cada uno de ellos le correspondía un editorial, el correspondiente a marzo de 1921 estuvo dedicado íntegramente a la publicación del Nuevo Código Masónico.
Entre los principales temas abordados en estos editoriales sobresalen, por una parte, los dirigidos a cuestiones internas de la masonería, la muerte de Grandes Funcionarios o ilustres personalidades de la institución, los viajes oficiales realizados por los mismos o alguna actividad realizada dentro de la Orden, y por otra, fundamentalmente aquellos que delimitan la posición institucional ante distintos sucesos y problemas sociales de la realidad nacional e internacional y los correspondientes criterios y críticas de la masonería a los mismos.
Al clasificar temáticamente los cincuenta y nueve editoriales del quinquenio que se aborda, se aprecia que de estos se dedican:
• Veintiséis a asuntos internos de la masonería; un 44,06 % del total.
• Catorce al cisma de los talleres orientales; estos, aunque pertenecen a asuntos relativos al funcionamiento interno de la Gran Logia y sus talleres, se delimitan aparte por su importancia y por constituir ellos solos una línea objeto de atención de la Orden; un 23,72 % del total.
• Diecinueve a asuntos generales relativos a la sociedad cubana; un 32, 20% del total.
Como se puede observar en los datos antes expuestos, la dirección de la revista encontró espacio para la exposición de aquellas cuestiones sociales que consideró apremiaban tratamiento, aun cuando la institución se encontraba inmersa en un momento de reajuste, determinado por la separación de algunos talleres.
De los editoriales aparecidos en este período hemos seleccionado un grupo dentro de los calificados como sociales para su análisis. Los problemas fundamentales tratados en ellos se pueden enmarcar en tres grandes grupos:
• Situación económica.
• Histórico-sociales.
• Relación Iglesia-Masonería.
De cada uno de estos grupos se procedió a examinar algunos editoriales en aras de ilustrar cómo fueron tratadas las problemáticas que cada uno temáticamente resume.
El editorial de enero de 1920 titulada Otro año hace un análisis de la situación mundial y las características económicas y políticas en que se desvuelven numerosos países tras el fin de la primera conflagración mundial; se abordan los problemas cubanos:
Para Cuba… ¿qué hemos de esperar para la patria amada? Ella está envuelta en el mismo malestar que al mundo todo invade. Luchas intestinas nos aniquilan y desacreditan; las pasiones están desencadenadas; la cuestión política es un torbellino que amenaza en convertirse en tempestad; la tolerancia no pocas veces se oscurece en todos los escenarios, y aunque en el orden económico parece que estamos bien porque nuestro principal producto alcanza fabuloso alto precio, el malestar social es intenso por la carestía extraordinaria de cuanto se consume… se está haciendo un gran edificio sobre base insólita, sin cimientos firmes. Y, o mucho nos equivocamos (ojalá así sea), o para el porvenir nos amenaza una catástrofe financiera…12 |
Como se apuntaba en este editorial no solo se exponía la situación económica del mundo, sino también se dedicaba un espacio a la política, desde posiciones que si bien no llegan a ser revolucionarias sí exponen una mentalidad de progreso, así como, de forma indirecta, ofrece una solución a los males políticos que aquejaban a la sociedad cubana, planteando lo que a nuestro juicio resultaba el ideal de gobierno de la institución.
… El mundo entero entra en un período nuevo; período que debe ser de trabaj o, de producción, de orden, de economía, para poder aumentar el crédito y el edificio social de cada nación, sea grande o pequeña; de honrada administración pública; de justa organización obrera para que entre el Capital y el Trabajo haya armonía y las huelgas desaparezcan y pueda abaratarse la subsistencia; de tolerancia, de mucha tolerancia para que las ideas políticas, religiosas o de otra índole puedan libremente exponerse, discutirse, adoptarse o rechazarse; de amplísimo plan educativo; la instrucción pública y la privada deben protegerse, ampliarse y sanearse cuanto se pueda; de leyes sabias y previsoras por los legisladores confeccionadas; de mucha profilaxis higiénica, para que las epidemias no invadan a los pueblos diezmándolos como actualmente ocurre a menudo…13 |
Este editorial de enero de 1920 avizoraba una crisis profunda que afectaría al país; en el mes de octubre de ese año, apenas nueve meses después, la dura realidad demostraba lo certero del planteamiento del consejo editorial de la revista. El crack bancario de 1920 llevó a la pérdida de la banca nacional como consecuencia más sobresaliente, aunque las derivaciones de este fenómeno tuvieron expresiones mucho más terrenales en la vida diaria de los cubanos.
La revista fue crítica con aquellos bancos que, pudiendo haber protegido a sus clientes, prefirieron especular con su dinero y los llevaron a la quiebra en muchos casos. La posición del Gobierno en este proceso no se revela con la suficiente claridad pues no es analizada con toda la profundidad que merecía.
La dificultad de la población para obtener los artículos de primera necesidad fue un elemento cotidiano en un país que desde antes ya sufría serias carestías. La sustitución de la banca nacional por la norteamericana acentuó una dominación que ya era evidente y facilitó una penetración mayor en nuestros asuntos internos, como se expresa en la editorial de octubre de 1920:
Y sucedió lo que tenía que suceder. Algunos bancos, convertidos en especuladores, no quisieron aceptar la realidad, que era la persistente baja del fruto, y en vez de obligar a quienes habían pignorado azúcar a cubrirse a tiempo o vender, máxime cuando la acción pignoraticia se había hecho a tipos elevados, los hicieron sostenerse, para asegurar así el éxito de sus especulaciones. La baja continuó y frutos empeñados por 10, 11 y 12 centavos libra, bajaron a 6 ó 6 1/2. Y la vida económica ha sufrido tremendo golpe, lo que traerá como resultado forzoso el aumento de la deuda, la hipoteca económica, que tiende a la hipoteca política14 . |
La crisis económica durante los años veinte se mantuvo bajo el ojo observador del consejo editorial de la revista. El inicio del año 1921 fue saludado por los masones quienes en su órgano oficial de prensa felicitaron a todos sus lectores con un editorial que llevaba precisamente el título de Feliz Año. La salutación no implicó que los lectores de la revista no leyeran en su boletín la opinión de la junta directiva sobre la crítica situación que venía afectando a la nación, la que no se limitaba al análisis económico, sino que de forma explícita se protesta en contra de la injerencia del embajador norteamericano en los asuntos nacionales.
En Cuba, seguimos mal: no se resuelven nuestros problemas políticos, ni los económicos, y vamos desgraciadamente, a la vergüenza de la pérdida o gran merma de la soberanía, por una y otra causa, la poderosa nación norteamericana, a la que no conviene que las Antillas y otros países cercanos a ella estén perturbados porque con ello perturban su vida y desenvolvimiento interior y exterior, se ha «establecido» en nuestro puerto por medio de un artillada unidad naval de guerra, en que «funciona» un prestigioso general de esa nación, un buen amigo de Cuba, con propósito de resolver nuestros interiores asuntos15. |
Aunque la situación económica, política y social era difícil, esto no impidió que el pueblo y con él la masonería pusiera una fuerte esperanza en cada cambio de administración, pues se esperaba de cada nuevo presidente la superación de los escollos del anterior. Sin embargo, a lo largo de los diferentes mandatos quedó demostrada la ineficacia para resolver el problema nacional, sin eliminar el estatus neocolonial que se impuso en 1902.
La política de estos años, período conocido como de Generales y Doctores, estuvo más marcada por las figuras que postulaba cada partido que por el programa del mismo. El ascenso al poder de cada nuevo hombre con el aval de haber participado en las guerras libertadoras o de connotadas figuras públicas revivía en el pueblo y por supuesto dentro de la masonería un espíritu de renovación que fue perdiendo bríos con el fracaso de la gestión de cada presidente electo.
El 20 de mayo de 1921 se celebró la toma de posesión del Dr. Alfredo Zayas; las esperanzas en él cifradas se centraban en la eliminación de la corrupción imperante durante el mandato anterior, la solución de la crisis económica y social que vivía la nación y en la aspiración de librarse de la tutela de los norteamericanos, lo que se refleja en el editorial de mayo de 1921, titulado El 20 de mayo, con motivo de su toma de posesión, en el que está señalada la defensa de la nación:
Comienza el ilustre hombre público Dr. Alfredo Zayas y Alfonso su período presidencial en un momento crítico, especialmente en lo que se refiere a la situación económica, después de una funesta administración de la Hacienda Pública; pero con la competencia y honradez de los ciudadanos que han de auxiliar en las gestiones administrativas, tal vez puedan vencerse las dificultades por que el país pasa actualmente. Ojala así sea para bien de la Patria! !Y ojala también sea dable, pronto desligarnos de la supervisión extranjera que quita con su constelación de estrellas brillo a la nuestra solitaria16. |
Otro tema abordado por estos editoriales fue el caso del rescate de la memoria de los miembros del ejército mambí. Aparece en el editorial de septiembre de 1922, que lleva por título La Excursión a Norteamérica; en él se exponen los pormenores del viaje realizado por un grupo de masones cubanos a los Estados Unidos para depositar una tarja en el hotel donde falleció el general Calixto García.
El homenaje a este general de las guerras de independencia no se debió al azar, pues fue él precisamente quien envió una carta de protesta a Shafter, tras este último impedir la entrada de las tropas cubanas a Santiago de Cuba. La ubicación de una placa conmemorativa a Calixto García no fue solo manifestación de reconocimiento a un masón, sino a la obra emancipadora emprendida por este hombre. El rescate de las tradiciones y memoria del pueblo cubano era una forma de luchar contra la imposición de formas provenientes del extranjero y de preservar la identidad propia. La colocación de una tarja en el sitio donde falleció este patriota en los Estados Unidos facilitó dar a conocer a ese pueblo la existencia de la historia de lucha de los cubanos.
Reafirma nuestro criterio la historia intelectual y las posiciones políticas y públicas de defensa de la nación de algunos de aquellos que componían la comitiva que viajó a los Estados Unidos, entre quienes sobresalen varios funcionarios de la Gran Logia de Cuba, el Gran Secretario y el Gran Maestro de Ceremonias, además de masones de la logia Unión Latina en la cual militaba el gestor de la idea y miembro del grupo de viajeros, Fernando Ortiz.
La feliz idea del Dr. Fernando Ortiz de viajar en su nombre y el de los masones cubanos a Washington y colocar una lápida en el Hotel Raleigh, donde en diciembre de 1898 murió de pulmonía el General Calixto García Iñiguez, ha tenido la más felicísima realización: la memoria del insigne cubano se perdura desde el día 22 de agosto último por medio de una tarja de bronce y mármol…17 |
La Gran Logia publicó trabajos firmados por personas ajenas a la institución que reflejaban la realidad de Cuba o el mundo. Un ejemplo es el caso de un escrito del poeta y escritor Agustín Acosta. El artículo de Acosta fue publicado en el editorial de marzo de 1923; el mismo lleva por título Imparcialmente. En él se hace un profundo análisis de la situación de Italia bajo el mando de Mussolini y de lo que representaba el fascismo como ideología, aun cuando la instauración del régimen fascista en Italia fue en 1925. En la presentación de este artículo se incluye una nota de la dirección de la revista que dice: Damos aquí cabida, en sitio preferente, a los dos magníficos artículos debidos a la pluma del laureado poeta cubano que los firma, y que no es masón, por la importancia del tema en que se ocupa el autor18.
Señalaba Acosta:
Ya hemos dicho que Mussolini no nos pareció nunca el hombre llamado a implantar en el mundo una nueva forma de gobierno. El símbolo de la camisa que llevan él y sus hombres, traía poca luz al caos político del mundo. Lo negro no ha representado jamás el porvenir. Lo negro ha sido siempre el color de las tiranías odiosas. Las águilas negras, las franjas negras de las banderas autocráticas, la cruz negra… esas camisas negras de Mussolini y su gente, ¿no están diciendo reacción, paso atrás en la aurora del mundo?19 |
El escritor, a claras luces opuesto a la ideología fascista que propugnaba Mussolini, comenzaba su análisis atendiendo a la imagen del color símbolo de estos; ello resulta curioso, dado que para los masones los símbolos revisten una vital importancia. Lo negro es observado por el autor como lo que realmente fue, el color del luto provocado por la unión de las aspiraciones de dominación del dirigente italiano y del Führer alemán, las que desembocaron dieciséis años después en una conflagración de alcance mundial.
Tempranamente avizoraba lo que suponía el fascismo; totalitarismo y pérdida de las libertades individuales. Esta ideología tenía un decidido enemigo en las concepciones demoliberales-masónicas. La no aceptación de esta forma de gobierno por parte de la masonería es fácil de entender, pues toda forma totalitaria es contraria a la búsqueda del librepensamiento, característica primera de esta fraternidad.
En el ámbito social nacional, los masones fueron promotores de acciones legales favorecedoras a mujeres, niños y demás miembros de la sociedad. Y aunque la Constitución de 1901 reconocía a muchas de ellas, dado lo avanzada que resultó en su momento, se hacía necesario en la práctica dar solución a cuestiones que el desarrollo de la sociedad exigía para esa fecha; es un ejemplo el caso del discutido proyecto de ley sobre la validez civil del matrimonio religioso. La lucha contra este proyecto favoreció principalmente a la mujer cubana al ofrecerle la posibilidad de mantener terrenos conquistados y evitarle retrocesos en su estatuto social.
La oposición de los masones contra el matrimonio religioso pudiese resultar extraña si se obvia que en 1918 Cuba había aprobado la Ley del Divorcio Civil. Esta ley, firmada por el presidente Mario García Menocal, significó un verdadero logro, como expresaba el editorial, pues hasta ese momento era casi imposible la separación conyugal, dado que el divorcio era canónico.
La Ley del Divorcio había contado con el apoyo de los masones en sentido general. La vuelta atrás que significaba la reaceptación del matrimonio religioso era justamente considerada una regresión por muchos, entre los que se contaban muchos miembros de la Orden. En el fondo de la discusión alrededor de este proyecto de ley subyacían el problema de la laicidad reconocida jurídicamente de los asuntos del Estado y la familia, el derecho al librepensamiento, y a la vez la defensa de la masonería contra los espacios que la Iglesia Católica pretendía ocupar en la vida cubana; espacios que en la esfera de la educación por esos años intentaba copar fundando escuelas y colegios y realizando una amplia labor proselitista.
El 15 de marzo de 1923, en la Logia Asilo de la Virtud en Cienfuegos, el abogado Pedro López Dorticós pronunció un discurso sobre la debatida Ley del Matrimonio religioso; el mismo fue publicado en el editorial del próximo mes (abril) de ese mismo año. El autor expresaba entonces:
La Ley del Divorcio fue para nosotros una conquista difícil; de tal manera la obstaculizó el clero, valiéndose de todos sus recursos, que hubo momentos en que peligró la progresista reforma. Reestablecer el matrimonio religioso, aun con el mero aspecto de ceremonia, sin tocar nada, de manera inmediata y directa, la sustancia actual de la institución, aunque ella sería por si (sic) sola, ponerla en peligro, colocarla en manos de sus más terribles enemigos, implicaría un retroceso y esto, de por sí, perjudica grandemente a la sociedad…20. |
En los años que median entre 1920 y 1924, estas contradicciones masonería-Iglesia Católica se van a manifestar en antiguos campos de lucha; la sociedad y la influencia en ella variaban las formas ante situaciones antes superadas y entonces de nuevo en la palestra. La laicidad de la Constitución de 1901 se veía amenazada, o al menos así lo vieron los masones de la época. En julio de 1923 se publica un editorial que consta de varias partes, pero que persiguen un fin común: dar respuesta y defender lo que consideraban amenazado, que era ya no el proyecto laico de la sociedad cubana, sino la realidad laica establecida.
La primera de las partes del editorial lleva por título La Fraternidad, y constituye el cómo veía la institución la sociedad; lleva implícita una crítica a la actuación del Gobierno en el período; comienza: La institución masónica es una institución fraternal donde deben predominar la tolerancia, el respeto, el amor; no la intolerancia, el desamor y la maldad21.
La clara intención era establecer contrastes. En la segunda parte de este editorial se plantea lo que está sucediendo en la sociedad y en los círculos de gobierno. Como es lógico, al comparar las diferencias entre lo que la institución preconizaba y la realidad externa a ella, resultaba beneficiada la primera. La institución se reconocía como defensora del laicismo y la tolerancia en el ámbito social, siendo este precisamente el título del segmento En Defensa del Laicismo, en que se planteaba:
Vuelve en la república a presentarse amenazadora y más o menos ostensible o solapada la reacción, pretendiéndose por elementos dogmáticos ejercer predominio en la vida oficial del Estado cubano, cuya constitución está basada en el laicismo, defendiendo así la libertad de conciencia, uno de los derechos conquistados por las armas en la revolución redentora de la Patria22. |
El hecho de que la Iglesia Católica fuese recuperando posiciones en Cuba fue motivo, como ya hemos visto, de preocupación para los masones; estas preocupaciones se dejaron sentir en editoriales como los que ya se han expuesto o de forma mucho más evidente en él publicado en febrero de 1924, titulado Un aplauso, donde se reproduce un artículo de un boletín semanal de la Logia José de la Luz y Caballero que es encabezado como La masonería y las Iglesias:
Por eso es que la masonería, muchas veces se ha pronunciado en contra de que el estado se entregue en brazos de una Iglesia determinada, o de que se creen castas sacerdotales, o en fin de la influencia absorbente y privilegiada de una Iglesia confesional cualquiera.Hoy en Cuba se ve el avance de peligros y a veces injuriante, de una Iglesia, la que tanto luchó por sostener y perseverar la esclavitud de una parte de la humanidad, la que tiene, al lado de las hermosas irradiaciones del humilde Jesucristo, un historial dominador, cruel y sibarítico.Por eso cuando la masonería ha roto lanzas por la neutralidad del Estado, por la absoluta y franca libertad de conciencia, no lo ha hecho más que responder a sus propios postulados y a sus bases de respeto a todas las ideas23. |
Aunque la manifiesta contradicción de estas dos instituciones en el período es abordada desde la historia -y el antagonismo parece solo heredado de la Colonia, cuando las posiciones de ambas fueron divergentes ante el problema cubano y se identificaba a la masonería con los independentistas y a la Iglesia con el poder español- en realidad el discurso resume las profundas diferencias de pensamiento entre la Iglesia y la Masonería; ambas asumían enfoques opuestos ante los mismos fenómenos en la contemporaneidad del momento.
En tal sentido, especial atención merece el discurso que pronunció en la Gran Logia de Cuba la señora Belén Sárraga, discurso que fuera reproducido íntegramente, en su versión taquigráfica, en el editorial de agosto de 1924.
Belén Sárraga fue una líder anarco-sindicalista de origen español que promovió movimientos feministas en América. Durante su visita a la Isla la actitud del alto cuerpo cubano contrastó con la del Gobierno, el que prohibió la entrada de la conferencista a un centro público donde iba a exponer sus ideas a los concurrentes. Las ideas de Sárraga recibieron una calurosa bienvenida entre los masones.
En el señalado discurso, Sárraga expuso sus criterios acerca del papel de la mujer en la sociedad y de la historia de la masonería y la relación de ésta con la Iglesia Católica. Manifestó su preocupación acerca del auge que experimentaban las escuelas religiosas en Cuba, activado por la reparación y construcción de escuelas, y que constituyó la base del movimiento recuperativo de la influencia católica en la educación del período24.
La relación de centros educacionales construidos o ampliados por órdenes religiosas cobra mayor significación si tenemos en cuenta que el artículo 31 de la Constitución de 1901 planteaba la obligatoriedad de la enseñanza primaria y que esta debía estar sufragada por el Estado25.
Aun cuando la Constitución establecía el papel del Estado en el control y financiamiento de la enseñanza media y superior, la Iglesia revitalizó su influencia y posición, mediante la recuperación del terreno perdido en materia educacional. Los hijos de la clase dominante se educaban en colegios religiosos, los que disponían de un claustro mayoritariamente español.
Las enseñanzas de estos colegios respondían a la visión e intereses del clero predominante, el cual mantenía estrechos vínculos con la burguesía española. Ello implicaba la revitalización de las concepciones religiosas sobre los aspectos fundamentales de la sociedad y un rescate de esa clientela social necesaria para sus planes.
En el editorial que recoge el discurso de la señora Sárraga y que se nombró precisamente Discurso, la líder feminista exponía su criterio acerca del papel jugado por la Iglesia en los procesos culturales a través de la historia; sus palabras explican la acogida que por la masonería tuvo la señora Sárraga:
La expresión más definitiva de cómo ha entendido la iglesia el ejercicio de la inteligencia nos la da aquella celebre (sic) misiva enviada a Fernando VII, conteniendo este significativo consejo: «El señor os libre de la funesta manía de pensar».Sin embargo, hoy las comunidades religiosas no sólo fundan y sostienen escuelas sino que aspiran a acopar la enseñanza.¿Es que han cambiado su criterio? No. Es que, ya imposibilitadas para detener la cultura, pretenden dirigirla para mistificarla26. |
FUENTE: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0719-12432013000100003
Categorías:MASONERIA