Gustavo E. Pardo Valdes 33

¿Es la Masonería una Institución democrática? Ya sabemos que la Institución masónica se encuentra formada por dos Grandes Potencias: la Masonería Simbólica representada por la Gran Logia y los Altos Grados, reunidos bajo el gobierno del Supremo Consejo del grado 33.

Según el Libro I (Constitución) Capitulo I de la legislación masónica cubana,  (Preceptos Fundamentales), en el Articulo 6, se expone “El gobierno de la institución está basado en el sufragio universal”. Más adelante, en el Articulo VIII se determina “La Gran Logia gobierna  soberana y exclusivamente la Institución de la Masonería en su jurisdicción, y está formada por la Confederación de las Logias”. Es decir, el término Gran Logia se establece como sinónimo de Parlamento.

Por su parte el Artículo 4 del Libro antes citado aclara y determina quienes componen la Gran Logia. Al respecto dicho Articulo determina: “Forman la Gran Logia, con voz y voto.

  1. “Los Grandes Funcionarios”.
  2. Un representante por cada Logia, que debe ser miembro numerario de ella, y que reúna los requisitos establecidos en el Artículo 43 de esta Constitución.
  3. Los Ex-Grandes Maestros que estén afiliados a una Logia”.
Conocemos que, tanto los Grandes Funcionarios como los Representantes, son elegidos democráticamente, en votación secreta. Por otra parte, en la transcurso de sus sesiones, sus Miembros gozan de la más absoluta libertad para presentar las Mociones que consideren de interés (a nombre propio o de sus respectivos Talleres), contando para ello con la libertad de expresión que garantiza el Reglamento de la Gran Logia. O sea, podemos considerar que este Parlamento reúne las condiciones estipuladas para ser considerado un Cuerpo absolutamente democrático.

Por su parte, en el libros de la Constitucióndel Supremo Consejo del grado 33 para la República de Cuba, Título  III (de la Integración del Supremo Consejo) Capítulo  I. (De sus Miembros Componentes), en el Articulo 12 se establece: “El Supremo Consejo estará compuesto de los siguientes miembros:

  1. Activos, Soberanos Grandes Inspectores Generales.
  2. De honor, Soberanos Grandes Inspectores Generales.
  3. De mérito, Soberanos Grandes Inspectores Generales.
  4. Supernumerarios, Soberanos Grandes Inspectores Generales.
  5. Eméritos, Soberanos Grandes Inspectores Generales”

A continuación, el Articulo 13 expresa “

“Miembros Activos, son los que integran legalmente el Supremo Consejo.  su número no podrá ser menor de nueve, ni mayor de treinta y tres, elegidos ad-Vitam en una sesión anual o semestral de entre los miembros supernumerarios que posean la calidad de ciudadano cubano por nacimiento; pero podrán ser electos hasta siete miembros activos que no reúnan la condición de ciudadano cubano por nacimiento”.

Por su parte, en el Articulo 18 se aclara que “Los miembros activos, bajo la presidencia del  Soberano  Gran Comendador o de quien legalmente lo sustituya, constituyen la Alta Cámara del Rito.  Teniendo ésta plena soberanía para crear, gobernar y representar en la jurisdicción a todos los Cuerpos del Rito”.

Lo antes expuesto indica que estamos refiriéndonos a un Parlamento, cuyas limitaciones resultan evidentes. Esta Cámara la integran un mínimo 9 y hasta un máximo de 33 de Miembros Activos, elegidos por el Soberano Gran Comendador mediante un compromiso de lealtad irrestricta. En otras palabras, apenas 33 personas absolutamente comprometidas con el Máximo Líder, determinan el rumbo y destino a seguir por un Cuerpo integrado por unos 3 800 a 4 000 integrantes aproximadamente.

En este punto es que puede considerarse al Soberano Gran Comendador como el Iluminado o Gurú capaz de poseer una visión y conocimientos superiores a los del resto de los asociados.

Ahora podemos responder la cuestión inicial: ¿Es la Masonería una Institución democrática? En el caso de la Masonería Simbólica o Gran Logia, ABSOLUTAMENTE, SI. En el caso del Supremo Consejo, NO. El Supremo Consejo se identifica con el concepto de GOBIERNO AUTOCRATICO o régimen en la cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley. Mi hermano mason simbólico, ¿Esto es lo que deseas para el gobierno de la Gran Logia?

Es conveniente determinar que los líderes que se creen gurúes pueden ser extremadamente nocivos para las organizaciones que ellos dirigen, atendiendo a que este tipo de liderazgo suele estar marcado por una excesiva autoconfianza del Guru, una total falta de apertura a la retroalimentación y una visión centralizada del poder, lo cual es indudable que, a corto o largo plazo, tendrá efectos negativos tanto en la cultura organizacional como en la operatividad de la misma.

Esta clase de líderes tienden a centralizar la toma de decisiones, creyendo que su visión y conocimientos son superiores a los del resto del equipo, lo cual puede y resulta en la toma de decisiones que no están completamente informadas, puesto que las mismas se adoptan sin considerar las diversas perspectivas y el conocimiento especializado que pueden aportar otros miembros de la organización.

Además, estos líderes suelen ser reacios a recibir críticas o retroalimentación, creyendo que sus ideas son incuestionables, lo que genera un ambiente donde los subordinados temen expresar sus opiniones o señalar errores.

Es importante señalar que en este tipo de liderazgo, los masones no sienten que sus contribuciones son debidamente valoradas o que no tienen voz en las decisiones importantes, lo cual tiende a desmotivar a los miembros de la Asociación que los padece a estos gurus,  resultando muy probable que su compromiso con la Institución disminuya.

Un líder que se cree gurú puede impedir la innovación, al confiar únicamente en su propia visión. Usualmente no él no está abierto a nuevas ideas y enfoques, lo cual es crucial para mantener a la organización competitiva en un entorno de cambio constante.

Este tipo de liderazgo generalmente crea una cultura de dependencia, donde los afiliados no se sienten capacitados para tomar decisiones por sí mismos y dependen completamente del líder para guiar el rumbo de la organización. Esto puede ser particularmente problemático en situaciones en las cuales se requiere una respuesta rápida.

La actitud de superioridad y la falta de humildad de estos líderes generalmente crea un ambiente de trabajo tóxico, las relaciones interpersonales se ven afectadas y la moral general del equipo sufre un grave deterioro.

A largo plazo, el modelo de liderazgo centrado en un gurú no es sostenible. Las organizaciones necesitan líderes que puedan adaptarse, delegar y construir equipos sólidos que sean capaces de tomar decisiones rápidas,  independientes e innovadoras.

Generalmente, los lideres gurues se convierten en madatarios autócratas. Al respecto, hemos deasimilar que  la autocracia es un sistema de gobierno o administración, donde una sola persona tiene el control absoluto sobre todas las decisiones y políticas de la Organización.  Por lo general, la autocracia se basa en la coerción y el miedo que implica el temer las represalias del Gran Lider por cuestionar o desafiar sus decisiones, lo que crea un ambiente perjudicial a la Institucion en su conjunto.

Como  conclusión, consideramos que la autocracia es en extremo perjudicial, ya que limita la participación del colectivo, sofoca la innovación y puede llevar a la desmotivación y a la falta de responsabilidad de quienes componen la Organización.

Hermanos, para crear una Institucion fuerte, motivada en un entorno fraternal más justo y armonico, es esencial promover un liderazgo inclusivo y colaborativo, que valore la diversidad de pensamiento y fomente una cultura de transparencia y rendición de cuentas. ¡NUNCA UN GURU!

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