#Ecuador LO PEOR DE LA PARTIDOCRACIA

Por Patricio Haro Ayerve

Un comunicado del Consejo de Generales del Ejército, hecho público a las pocas horas de haber concluido el acto de sufragio correspondiente a la primera vuelta electoral, detuvo las pretensiones revolucionarias de torcer la voluntad popular expresada en las urnas y de proclamar resultados que oficialicen el triunfo del binomio de la neo partidocracia en primera vuelta.  El comunicado militar se produjo en momentos en  los que la ciudadanía se movilizó para defender a la democracia y estuvo dispuesta a todo para impedir el festejo  maliciosamente preparado para perennizarse en el poder.

patricio-haro-twiInvocando al artículo 158 de la Constitución, el consejo de generales hizo el llamado a respetar los resultados y a evitar el desarrollo de escenarios que alteren la paz ciudadana y afecten al sistema democrático.  Si bien es cierto, en democracia, las fuerzas armadas no son las llamadas a ser jueces electorales y a pedir respeto a la voluntad popular, ya que este es el rol de los partidos políticos y de los políticos; en ausencia de ellos, el Ejército comandado por el general Castro asumió el rol que evitó el timo. Esto obligó a las autoridades electorales a convocar al balotaje entre los dos binomios finalistas y a despecho de los revolucionarios.

Tan pronto se publicó en las redes sociales el comunicado militar, desmentido por el ministro de la defensa, el mando militar estaba destituido. Se filtró un diálogo entre el que más tarde sería el nuevo comandante del ejército y el ministro de la defensa; en él,  el primero se ofrecía a estar al servicio de la revolución y el segundo le ofrecía el puesto al que se debe llegar por méritos y no por zalamerías incondicionales. Supuestamente apegado a la letra de la ley, la autoridad máxima destituyó al comandante general y para poder nombrar al incondicional destituyó también a los tres generales más antiguos del Ejército.

La Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas establece en el artículo 19 que: “El Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas será designado por el Presidente de la República de entre los tres oficiales más antiguos de las Fuerzas Armadas” y en siete literales del mismo artículo establece las causas por las que este puede cesar definitivamente en su cargo. El literal g establece que cesará “Por decisión del  Presidente de la República”. De igual manera el artículo 31 de la mencionada Ley establece la forma de designación de los comandantes generales de  fuerza  de los tres oficiales más antiguos de cada una de ellas  y en ocho literales las causas para cesarles, el último de ellos “Por decisión del Presidente de la República”.

Se entendería que la designación es de una sola terna; pero los revolucionarios haciendo uso de un artificio con tinte de legalidad lo han hecho designando, momentáneamente, al último de la primera terna para cesarlo inmediatamente  y llegar al ungido. Sucedió varias veces con la designación de los jefes del Comando Conjunto, con los comandantes  generales de las Fuerzas  Armadas y ahora, una vez más, con el Ejército.

No es la primera vez que esto sucede desde la transición a la democracia, antes de los revolucionarios lo hizo, por una sola vez, “lo peor de la partidocracia”. El Presidente  Febres Cordero usó el artificio para designar a un comandante del Ejército y nunca más hasta ahora. Por el abuso y la prepotencia parecería que su mentor está gobernado de nuevo.

Lo más peligroso de esto es que el general Castro deja entrever la posibilidad de un fraude en la segunda vuelta.

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