ESOTERISMO Y RELIGION

¿Cómo se forma una Escuela Esotérica?

Una escuela esotérica no es creada por algún discípulo que recibió órdenes de su Maestro. El discípulo que inicia una escuela preparatoria de ocultismo, lo hace por propia voluntad, siendo su servicio definido y por él elegido; para servir lo mejor posible en el Ashrama de un Maestro; conoce las necesidades del mundo; ansía intensamente servir, y es consciente de que aprende continuamente y conoce los métodos por los cuales ha aprendido y progresado en el sendero. Por lo tanto, es un trabajador consciente de su deber como discípulo, está en contacto con su alma y es cada vez más sensible a la impresión del Maestro. Generalmente no proyecta iniciar una escuela esotérica; en su mente no se configura una definida y planificada organización; ansia simplemente satisfacer las necesidades que lo circundan. Debido a que está en contacto con su alma y – en el caso de discípulos más avanzados – con el Maestro del Ashrama, su vida diaria llega a ser magnética, radiante y dinámica y, en consecuencia, atrae hacia él a quienes puede ayudar, reuniéndolos a su alrededor. Se convierte en el punto central de vida en un organismo viviente, y no en el dirigente de una organización. Tal es la diferencia entre el trabajo de un aspirante bien intencionado y la de un discípulo entrenado. El mundo está lleno de organizaciones, a cuyo frente hay alguien con móviles generalmente sanos, pero cuyos métodos y acercamientos hacia quienes trata de servir, son similares a los del mundo comercial; podrá crear una organización útil, pero no fundar una escuela esotérica. El discípulo se convierte en el centro de un grupo vital y radiante, que crece y alcanza sus objetivos, porque la vida en el centro se desarrolla de adentro a fuera. Por la fuerza de su vida logra el éxito, no por un sistema de propaganda. Raras veces o nunca, tiene éxito comercial.

La gente responde a la nota emitida y a las verdades que se enseñan, y la influencia del grupo aumenta constantemente hasta que el discípulo es responsable de un grupo de aspirantes. Según la medida de contacto con su alma, y su respuesta sensible a las sugerencias del Maestro y a las impresiones del Ashrama con el cual está afiliado, así será la fuerza y utilidad del grupo con el cual trabaja. Poco a poco irá reuniendo a su alrededor a quienes pueden ayudarlo en la enseñanza, y según la sabiduría y el discernimiento que demuestre en la elección de sus colaboradores, será el éxito de su servicio. No asume autoridad alguna sobre el grupo ni sobre sus colaboradores, excepto la autoridad que le otorga su mayor conocimiento, sabiduría y luz; esto lo hace un punto inconmovible de poder, contra el cual las interpretaciones insignificantes y métodos se estrellan y desaparecen. Enseñan ciertos principios ocultos, inalterables, que el grupo aceptará facilmente y sin controversia, y precisamente esos principios son los que lo llevaron a efectuar ese trabajo. Si en sus colaboradores observa signos de desarrollo espiritual los coloca en posiciones de responsabilidad, a medida que se van capacitando. Vive continuamente como aprendiz y condiscípulo, hollando con ellos el sendero. La tónica del verdadero dirigente esotérico es humildad, lo que indica visión y sentido de proporción, y le enseña que cada paso adelante en la vida espiritual revela las etapas que aún le quedan por dominar. La diferencia entre discípulo entrenado y principiante reside en que este último posee visión limitada y se inclina a creer que el camino es más fácil de lo que realmente es; entonces se sobreestima. En cambio, el discípulo, tiene una amplia visión y sabe cuánto falta para que se convierta en realidad.

Las escuelas esotéricas se pueden dividir en diferentes categorías, dependiendo del grado de evolución del instructor. La comprensión subconsciente al respecto, lleva al dirigente mediocre a tratar de imponer su trabajo y llamar la atención sobre sus esfuerzos, mediante ruidosas declaraciones, pretendiendo familiaridad con el Maestro y, a veces, con toda la Jerarquía, exigiendo así reconocimiento. Esto significa ser principiante, pues debe saberse que una verdadera escuela esotérica es iniciada siempre por un discípulo, y ésta es su tentativa de servicio y no el campo de expresión de un Maestro. El discípulo – no el Maestro – es el único responsable del éxito o fracaso de la escuela. Los Maestros no son responsables de las escuelas que hoy existen, ni de las que están en proceso de formación. Tampoco establecen normas ni solucionan problemas. En la medida en que el discípulo dirigente esté en contacto consciente y humilde con el Maestro y Su Ashrama, así afluirá a la escuela el poder del grupo interno; esto se manifestará como luz y sabiduría espirituales, no como dirección, mandatos u órdenes concretas, ni como responsabilidad transferida del dirigente al Maestro. El discípulo toma sus proprias decisiones, entrena a sus colaboradores, enuncia sus propias normas, interpreta la Sabiduría Eterna de acuerdo con la luz que hay en él, y supervisa el entrenamiento dado a los estudiantes. Cuanto más avanzado, menos hablará el discípulo de su Maestro, y señalará más eficazmente el camino hacia la Jerarquía; acentuando también la responsabilidad individual y los principios básicos ocultos.

Las escuelas que existen hoy en el mundo pueden dividirse en tres grupos:

1. Hay un sinnúmero de seudoescuelas esotéricas, iniciadas por aspirantes que desean ayudar a sus semejantes, impulsados por amor a la enseñanza, cierta medida de amor a la humanidad y algo de ambición personal. En resumidas cuentas, sus métodos son exotéricos; la enseñanza que imparten se funda en lo que ya se ha dado y conoce; enseñan pocas novedades, aunque las encubran con distintos grados y misterios. Emplean los libros comunes sobre ocultismo o recopilan de otros sus propios libros de textos, extrayendo frecuentemente los detalles espectaculares y sin importancia y omitiendo lo espiritual y esencial. Anuncian sus escuelas por cualquier medio, y con frecuencia hacen resaltar el aspecto comercial. Exigen obediencia, menosprecian y critican a otras escuelas; enseñan adhesión exclusiva al dirigente, y lealtad a su interpretación de la verdad; realizan un trabajo útil entre las masas, familiarizándolas con la existencia de los Maestros y la doctrina secreta, y briándoles la oportunidad para el desarrollo espiritual. Ocupan un lugar definido en el plan de la Jerarquía; pero no son escuelas esotéricas, ni sus dirigentes discípulos, sino aspirantes en el sendero de probación, y no muy avanzados.

2. Existen también cierto número de escuelas esotéricas, iniciadas por discípulos, que están aprendiendo mediante el esfuerzo de ayudar a su grupo, la forma de enseñar y servir. Estas escuelas son pocas, comparadas con las del primer grupo, y numéricamente muy pequeñas, porque el dirigente se ajusta más a las reglas ocultas y se esfuerza por cumplir con los requisitos espirituales. Trata de enseñar humildemente y sin pretensiones; se da cuenta de que está alcanzando poco a poco, el conocimiento del alma y que su contacto con el Maestro no es frecuente. Comúnmente presenta la verdad en forma académica y teológica, pero rara vez es personalmente autoritario. Su influencia y radiación aún no son muy potentes, pero es cuidadosamente vigilado por el Maestro, porque constituye un valor positivo en potencia y se confía en que aprenderá generalmente por sus errores. Atrae mucho menos público que el primero y ruidoso grupo, pero da un entrenamiento más sensato y prepara a los principiantes en los fundamentos de la Sabiduría Eterna. Su trabajo se halla entre los grupos del pasado y los que hoy se van formando.

3. Están apareciendo ya las nuevas escuelas esotéricas iniciadas por discípulos más avanzados. Lógicamente debe ser así, pues la tarea es más difícil, e involucra la enunciación de una nota tan clara que hará surgir nítidamente la diferencia entre lo nuevo y lo antiguo, y se darían ciertas verdades e interpretaciones nuevas. Esta presentación nueva y más avanzada se funda en antiguas verdades; pero se interpretarán diferentemente y despertarán antagonismo en las antiguas escuelas. Estos discípulos más avanzados emiten una radiación de mayor potencia; su influencia y trabajo mundial, mucho más amplios, evocan antagonismo y rechazo en los grupos del pasado, pero también respuesta de muchos que pertencen a esos grupos que han superado los métodos antiguos, han esperado un nuevo acercamiento a Dios y están preparados para un llamado más espiritual. Ellos se convierten en puntos focales de actividad espiritual, en los antiguos grupos y en su medio ambiente, lo cual conduce a:

a. Que los grupos del pasado rechacen a quienes responden a la nueva enseñanza esotérica, expulsándolos de su grupo.

b. Que las nuevas escuelas tomen forma, gracias a este rechazo, en respuesta a la enseñanza impartida por un discípulo más poderoso y desinteresado.

c.Que el público sea consciente del nuevo movimiento, surgiendo así un profondo interés por las cosas esotéricas relacionadas con la Jerarquía.

Estos discípulos, a quienes se les confía la difícil tarea de inaugurar las nuevas Escuelas, son conocidos técnicamente como discípulos mundiales. Su influencia penetra en todas direcciones, quebrantando y pertubando las escuelas del pasado y liberando a quienes están preparados para las nuevas enseñanzas; crean nuevas escuelas intermediarias entre las antiguas y las futuras Escuelas de Iniciación; impresionan la conciencia de los hombres, ampliando el punto de vista del público en general y presentando a la humanidad nuevos conceptos y renovadas oportunidades. Esto ya está ocurriendo. Los investigadores, por lo tanto, deben aprender a diferenciar entre el trabajo de un aspirante bien intencionado, que funda una escuela de esoterismo para principiantes, el trabajo de un discípulo que está aprendiendo a ser instructor, y el de los discípulos mundiales que están derribando los antiguos métodos e instituyendo nuevos y más adecuados, para la enseñanza de la verdad oculta. La Escuela Arcana es parte de este último esfuerzo mundial.

Existen también ciertas escuelas espúreas, bien conocidas y espectaculares, que atraen a los curiosos e ignorantes. Afortunadamente ejercen un breve ciclo de influencia. Causan temporariamente mucho daño, pues deforman la enseñanza y dan una idea falsa respecto a los Maestros y al sendero, pero su poder de perdurar es prácticamente nulo. Los otros tipos de escuela realizan un buen trabajo y satisfacen la necesidad de quienes responden a su tónica. Sin embargo, las escuelas antiguas están desapareciendo, las del segundo grupo se mantendrán activas aún durante largo tiempo, dando instrucción elemental, entrenando a discípulos en los métodos de trabajo y en la forma de servir. El último y nuevo tipo de escuela acrecentará su poder y preparará a los discípulos de la nueva era, para las Escuelas de Iniciación.

FUENTE: https://www.lucistrust.org/es/arcane_school/what_is_an_esoteric_school_as

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